El texto completo del mensaje es el siguiente:
Sueños de Navidad
Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.
El evangelio de san Mateo nos cuenta que un Ángel se le apareció a San José mientras dormía, y le reveló que la Virgen María —su esposa— estaba embarazada por obra del Espíritu Santo.
Esta aparición hizo reavivar en José anhelos que tenía en lo profundo de su corazón, otros “sueños” puestos también por Dios: el Reino de la Paz, la Justicia, la Libertad, el Amor. Como lo había prometido Dios y lo recordaban los profetas, llega la liberación de toda atadura, cielos nuevos y tierra nueva.
Y para desplegar toda esta fuerza, elige el camino de la pequeñez. Lo hemos rezado algunas veces en este tiempo: “Tú que siendo grande, te hiciste pequeño; Tú que siendo fuerte, te hiciste débil; Tú que siendo rico, te hiciste pobre”. Dios quiere nacer niño para que no le tengamos miedo, para que nos acerquemos a Él con confianza.
La Encarnación del Hijo de Dios también nos muestra que su presencia la podemos percibir en los pobres, los enfermos, los despreciados de este mundo. Jesús conoció desde el vientre materno la marginación. En la ciudad de Belén María y José no encontraron lugar entre las casas de los hombres, y María dio a luz en un establo. El Rey del mundo nace pobre, de una familia pobre, en un lugar pobre.
Por eso, si en esta semana salís de compras por regalos o comida, acordate del Niño, y llevá algo para los pobres. También podés participar de algún gesto solidario; hay varias parroquias o capillas que organizan cena o almuerzo para los que están solos o abandonados. Está al alcance de la mano acercar alimentos a la Cáritas que tengas más cerca.
En estos días seguramente han conversado en casa para resolver adónde ir a pasar las fiestas, qué lleva cada uno, a qué hora nos encontramos. Hace poco el Papa decía: “se pueden organizar fiestas, pero no la alegría. Según la Escritura, la alegría es fruto del Espíritu Santo”. Pensemos entonces para nosotros: además de organizar la cena navideña, no olvidemos pedir a Dios la alegría de la Navidad. Esa alegría sólo es posible desde la fe.
En varios afiches vi unas frases que me parecieron muy verdaderas:
“Nace Jesús.
Nace la vida.
Cuidar la Vida, la mejor tarea”.
Aprovechá estos días en que Dios quiere mostrar con humildad que está enamorado de nosotros: de vos, de mí, de todos. Tus sueños de plenitud son alcanzables con la oración, la justicia y la solidaridad.
Fuente: AICA
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