Al sacerdote Luis Domínguez, cura de la parroquia de San Antonio de Padua, en Gerli, partido en Avellaneda, nadie le puede hablar de sensación de inseguridad. El sabe, como nadie, lo que hace el delito en la sociedad. En un año, en la iglesia donde celebra misa y lleva adelante su tarea evangelizadora, hubo seis robos y dos ocurrieron el mismo día. "Los delitos no son sólo en la parroquia, a muchos vecinos también les roban. El barrio cambió mucho por las drogas y la mafia del narcotráfico, porque los chicos que roban son de la zona y, antes, no pasaba esto", dijo, desilusionado, el sacerdote.
Después de un asalto, en el que los delincuentes rompieron una reja, el sacerdote decidió ir a dormir a lo de un vecino. Los seis robos en la parroquia de San Antonio de Padua ocurrieron desde el 26 de julio del año pasado. El cura parece resignado ante la realidad. Pero no sólo se queja del delito, sino también de la tarea de la policía bonaerense.
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Triste, pero real, el P.Dominguez no hace mas que
ResponderEliminarconfesar la vedad, nadie hace absolutamente nada,
la policia tambien es complice.!
ETELVINA