"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

14 de febrero de 2011

Mons. Mollaghan: basta una ecografía de las primeras semanas de gestación para comprender que el embrión vive, es un ser vivo con las características de un ser personal


Homilía de monseñor José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario, en la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero de 2011)

Queridos hermanos:

La fiesta de Nuestra Señora de Lourdes nos reúne nuevamente para dar gracias a Dios en este día de fiesta y para confiar nuevamente en su intercesión de Madre.


El débil, el que sufre y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atención

La Iglesia celebra en este día de la Virgen, la Jornada mundial del enfermo, que en nuestro país conmemoramos en el mes de noviembre. Esta circunstancia, nos dice el Santo Padre Benedicto XVI recordando al Siervo de Dios Juan Pablo II, se convierte en una ocasión para reflexionar sobre el misterio del sufrimiento y, sobre todo, para acercar y sensibilizar más a nuestras comunidades y a la sociedad civil con respecto a los hermanos y las hermanas enfermos. Si cada hombre es nuestro hermano, dice el Papa, con mayor razón el débil, el que sufre y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atención, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado. De hecho, «la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre (Mensaje del enfermo, 2011).

Las lecturas de la Palabra de Dios

Las lecturas de la Palabra de Dios que acabamos de escuchar nos permiten admirar la grandeza de la Virgen María en el plan de salvación, y su cercanía maternal hacia nosotros.
“Que el Dios altísimo te bendiga hija mía, más que a todas las mujeres de la tierra” (Judth 13, 18) cantamos en el salmo responsorial, tomado del libro de Judith. Y en la primera lectura del Profeta Isaías recordamos que el amor de Dios llega a nosotros como el consuelo de una madre, que lleva en sus brazos a los niños de pecho y los acaricia sobre las rodillas (Isaías 66, 12); cuya bondad y ternura, se refleja en su Iglesia, y en la maternidad de María.

En el Evangelio de hoy, que acabamos de proclamar, cuando Jesús cambia el agua en vino, aparece sobresaliente la ternura de la Virgen, que intercede en el primer milagro de su Hijo, anticipado por su intercesión con signos de misericordia. Así como Jesús, ante el ruego de su Madre anticipa su hora, así también esperamos que suceda cada vez que Ella intercede por nosotros.

Amar y servir la vida naciente desde el seno materno; sin descuidar a las madres, y a los niños ya nacidos.

En este día, queremos pedir de un modo particular por todos los enfermos, dado que la Virgen está tan cerca de la salud de quienes necesitan y acuden con confianza a su intercesión. Por esto, hoy también unimos nuestras súplicas pidiendo por la vida; por toda la vida humana, y en especial por la vida naciente en el seno materno; y por eso decimos confiadamente como el lema de este año: con nuestra Madre de Lourdes queremos amar y servir a la vida naciente.

Asimismo, la fe que tenemos y la esperanza de nuestra súplica nos mueven a reflexionar en la necesidad de una cultura de la vida vigorosa, en la que toda la vida, y la vida del que va a nacer ocupe un lugar de privilegio en nuestra sociedad.

Si, necesitamos entre nosotros una cultura de la vida renovada, y por eso queremos comprometernos a amar y servir la vida naciente desde el seno materno; sin descuidar a las madres, y a los niños ya nacidos, de tal manera que destacando el valor del ser humano, todos hagamos algo para acrecentar el amor y el respeto por la vida.

Sabemos que siempre es posible trabajar por la vida, y en especial en el ámbito médico y sanitario, con leyes que la promuevan y tutelen, sobre todo por parte de quienes tienen alguna responsabilidad en su cuidado, sabiendo que cuando nos mueven verdaderos valores éticos es posible encontrar soluciones para recibir como un don la vida naciente y al mismo tiempo promover la grandeza de la maternidad.

Tengamos presente, que conforme a la fe y a la razón, la dignidad de la persona nunca se debe medir por las capacidades que puede manifestar o por sus propias facultades, y por tanto nunca se debe hacer menos por alguien, porque sea débil, desprotegido o tenga capacidades diferentes. Por ello, tampoco podemos disminuir el cuidado y la protección del que va a nacer y vive como persona en el seno materno; aunque esté oculto y sea como invisible a nuestros ojos.

En la actualidad, basta una ecografía que se realice en las primeras semanas de gestación para comprender que el embrión vive, que estamos ante un ser vivo, con las características de un ser personal sobre el que no podemos decidir como si se tratara de un objeto, una malformación, o un injusto agresor.

Los objetores de conciencia demuestran con su testimonio el valor de la vida

En este sentido, quiero pedir con ustedes por aquellos que por defender rectamente la vida y los valores de los que hablamos son objetores de conciencia; porque demuestran con su testimonio el valor verdadero de la vida.

Precisamente Juan Pablo II nos decía que “el rechazo a participar en la ejecución de una injusticia no sólo es un deber moral, sino también un derecho humano fundamental”; y por ello quien recurre a la objeción de conciencia debe estar a salvo no sólo de sanciones penales sino también de cualquier daño en el plano legal, disciplinar, económico y profesional” (Evangelium vitae nº 74).

Por ello, se los debe respetar, porque su misma sensibilidad hacia la vida los transforma de algún modo en una advertencia, y su actitud lejos de ser vista como una simple negativa, y mucho menos como una cobardía, debe transformarse en un llamado de atención allí donde desempeñan su tarea, en un acto positivo que quiere brindar apoyo y solidaridad al ser más indefenso, ante cualquier profanación precipitada del santuario de la vida naciente.

Es verdad que nos duele y no queremos que ni una sola mujer deba sufrir una intervención clandestina; y es por ello que desde antes se puede hacer mucho por cada una de ellas, y poner todo el empeño en formar; en proteger a toda mujer, no solo del abuso, sino del comercio, de la promiscuidad y se fomente así su dignidad y el verdadero sentido de la sexualidad. No nos engañemos: nadie debería pensar en el aborto como una terapia o un camino saludable para la vida, sin pensar detenerse a pensar en niño que va a nacer.

El Hijo de Dios, que ha sufrido, ha muerto pero finalmente ha resucitado (Mensaje, Jornada del enfermo 2011)

En el mensaje para la Jornada del enfermo de este año, el Santo Padre, a la luz de una expresión de la primera Carta de Pedro 'fueron curados de sus heridas', nos invita a contemplar a Jesús, el Hijo de Dios, que ha sufrido, ha muerto pero finalmente ha resucitado (Mensaje, Jornada del enfermo 2011).

Dios se opone radicalmente al mal; pero se hace cargo del hombre en toda situación, comparte su sufrimiento y abre el corazón a la esperanza" (cfr. Ibídem). Esto es lo que necesitamos tanto en nuestras familias como en nuestra Patria, para promover la vida.

Por ello, confiando en la intercesión de nuestra Madre de Lourdes, pedimos por estas intenciones, pensando en nosotros, en los ciudadanos y en quienes son responsables de la conducción de una sociedad hacia el bien común; y por eso queremos rezar, reflexionar y acrecentar la sensibilidad por el respeto a la vida naciente, y a toda vida humana; a la que queremos amar y servir como a un don de Dios.

Nuestra Señora de Lourdes, ruega por nosotros.

Mons. José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario

Fuente: AICA

1 comentario:

  1. Anónimo14.2.11

    SI BIEN SIEMPRE HE SIDO PRO-VIDA LO QUE DICE AQUI
    MONS.MOLLAGHAN PUDE EXPERIMENTARLO AL VER EL SO-
    NOGRAMA DE MI BISNIETO, NO TENIA MAS DE UN MES DE
    GESTACION Y NO SOLO SE DESLIZABA EN EL, SINO QUE
    TENIA EL PUNIO CERRADO Y EL DEDO ANULAR LEVANTADO
    EN UN GESTO POCO PAQUETE, QUE MOVIA A RISA, PERO
    QUE A MI AL VERLO, ME HIZO PENSAR, LA CANTIDAD DE
    ANGELITOS QUE HAN QUEDADO SIN PODER VOLAR, ANTE LA ROTURA DE SUS ALAS...DEBIDO A LA INCONCIENCIA
    DE LOS ADULTOS!
    ETELVINA

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