"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

21 de diciembre de 2010

La Navidad es una invitación a participar de la vida de comunión con Jesucristo y entre nosotros


Mensaje de Navidad de monseñor Ramón Alfredo Dus, obispo de Reconquista (Diciembre de 2010)

Cada año la Navidad nos trae la luz y la presencia de aquella "Vida eterna que estaba con el Padre, y que se nos manifestó” (1Jn 1,1-3). Y todo lo que el Apóstol Juan nos testimonia con sus escritos de lo que pudo oír, ver, tocar y contemplar del Verbo de la Vida, llega también a nosotros a través de la imagen tierna del Niño de Belén. Navidad es desde ya una invitación a participar de la vida de comunión con Él y entre nosotros. Navidad es por esto también una convocatoria a la alegría; a esa alegría plena e íntima que produce el encuentro con la Palabra personal de Dios que explica, de este modo, su amor por hombres y mujeres.



En la imagen de un Niño débil se hace presente el Amor de Dios que nos invita a aceptarnos y recibirnos como hermanos; en esa imagen de Niño pobre, se hace presente el amor de Dios que nos provoca a dar y a compartir; en ese signo de Niño pequeño, Dios mismo certifica que no se impone por la fuerza sino que busca suscitar nuestra apertura y desafiar nuestra libertad.

En este clima de fiesta por el nacimiento de Jesús, podemos también nosotros repetir la experiencia eclesial vivida por los participantes del Sínodo de la Iglesia sobre la Palabra de Dios. En el documento final hace muy poco publicado el Papa recuerda: “Juntos hemos escuchado y celebrado la Palabra del Señor. Hemos hablado de todo lo que el Señor está realizando en el Pueblo de Dios y hemos compartido esperanzas y preocupaciones. Todo eso nos ha ayudado a entender que únicamente en el ‘nosotros’ de la Iglesia, en la escucha y acogida recíproca, podemos profundizar nuestra relación con la Palabra de Dios” (Verbum Domini 4). Puesto que “la Iglesia se funda en la Palabra, nace y vive de ella” (VD 3), también ahora, en el “nosotros” de la Iglesia que formamos podemos compartir la vida y la luz de esta Palabra que “crea comunión y es fuente de alegría.  Fuente de “una alegría profunda que brota del corazón mismo de la vida trinitaria y que se nos comunica en el Hijo. Una alegría que es un don inefable que el mundo no puede dar. Se pueden organizar fiestas, pero no la alegría”. (VD 123).

También san Pablo revela que la verdadera alegría es fruto del Espíritu Santo (cf. Gal 5,22), pues es Él quien nos permite entrar en la Palabra y hacer que la Palabra divina entre en nosotros. Con Cristo que nace en esta Navidad, renace la fuente de la verdadera alegría, no de una alegría superficial y efímera, sino de aquella que brota del ser conscientes de que sólo el Señor Jesús tiene palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68).

Esa relación entre la Palabra y la alegría se manifiesta claramente en María, Madre de Dios. Así lo expresaron las palabras de s. Isabel: « Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá » (Lc 1,45). María es dichosa porque tiene fe, porque ha creído, y en esa fe ha acogido en el propio seno al Verbo de Dios, para entregarlo al mundo. Esta misma alegría de María se puede extender a todos los que se dejan transformar por la Palabra de Dios. Nuestra verdadera grandeza, como la de María, está en la posibilidad de esa bienaventuranza de fe, de vivir la felicidad, que es fruto de la Palabra interiorizada y puesta en práctica.

Que la Presencia misteriosa del Señor, nos contenga en esta Navidad; que nos hable su silencio, y que la contemplación del Dios “hecho carne” en estos días de fiesta y de alegría nos haga más cercanos y nos llene de la esperanza que no defrauda.

Mons. Ramón Alfredo Dus, obispo de Reconquista (S.F.)

Fuente: AICA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Diálogo significa que hay más de una razón para exponer, una conversación entre dos o más personas que manifiestan sus ideas y afectos, también puede ser una discusión. El diálogo nos enriquece, por lo tanto: ¡bienvenida y bienvenido a dejar tu comentario en miel y langostas!

(Por favor, no publicidades ni SPAM)

Visita el Blog desarrollo biblico

Blog desarrollo bíblico


Llamá al (011) 4956-2399 y comunicate con nosotros

"Cómo interpretar la Biblia"

Auspiciado por el Departamento de Pastoral Bíblica Junta Catequística Arquidiocesana de Buenos Aires.