"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

24 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad 2010!


“¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación, y dice a Sión: «¡Tu Dios reina!». ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión, ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, verán la salvación de nuestro Dios.” (Isaías 52, 7-10).


Este bellísimo pasaje de la Escritura será proclamado como Primera Lectura en la Misa de “Día” de Navidad del 25 de diciembre y corresponde al Libro del Emmanuel, un evangelio (1) compuesto sobre el fin del exilio de los judíos en Babilonia por quien la escuela histórico-crítica (2) ha descubierto como “el segundo Isaías” o “Deuteroisaías”.

La política religiosa de los persas era muy liberal para ese entonces, “cesan las imposiciones desde arriba, son anulados los decretos que limitan la libertad de religión y de culto, son devueltos a los cultos y a los países de origen las estatuas de los dioses y los objetos sagrados robados en los templos y trasladados a Babilonia” (3). Por esto, no era difícil para un intelectual judío deportado en Babilonia inferir, proféticamente, la posibilidad del retorno a la tierra y proclamar a Ciro el rey de los persas como un ungido (4).

En este texto aparecen también otros dos fuertes elementos teológicos que se desprenden del evangelio o buena noticia, y estos son: a) la salvación y b) el Reino de Dios (“¡Tu Dios reina!”). a) La expectativa salvífica o soteriológica forma parte de las creencias judías que se fueron formando, especialmente, desde el período persa y, básicamente, consiste en la esperanza de que Dios salve a su Pueblo con una intervención en la historia. En este caso, no tenemos la intervención de Dios a través de un lugarteniente de YHWH o Mesías, por lo cual todavía no podemos hablar de “salvación mesiánica” en el texto. Es bueno ser cuidadosos y tratar con amor a la Sagrada Escritura y no suponer que el texto dice lo que en realidad no dice para no caer en “interpretaciones privadas” de las profecías (5); llegar al sentido pleno en la Biblia no es sólo cuestión de oración y espiritualidad sino también de estudio y razonamiento, y en ambos casos de inteligencia. De hecho, esta intervención divina de la que habla el Deuteroisaías está más cerca de la “unción” de Ciro como benefactor de Israel que del Mesías davídico como libertador pero, la esperanza davídica sí la encontraremos en el último capítulo del Libro del Emmanuel (cap. 55) no meramente como una monarquía terrena (que había sido destruida). Es decir, que aparece como una conclusión a todo el desarrollo teológico del profeta y no como premisas y conclusiones al mismo tiempo, lo cual hubiera sido muy mediocre y el Espíritu Santo hace bien las cosas. Porque no nos movemos en lo conceptual o ideológico (actualmente sería 1ª premisa: Jesús; 2ª premisa: Jesús; y conclusión: Jesús) como hacen los histriones neo gnósticos fundamentalistas que no explican nada al mundo desde su “isla de la fantasía”; sino al contrario, nos movemos en la vitalidad del Espíritu a través de todos los tiempos y en todos los “continentes” de la universalidad del Señor.      

b) El Reino de Dios, es el segundo gran elemento teológico asociado a esta buena noticia o evangelio y se refiere a otra de las grandes creencias veterotestamentarias de la tradición judía: El Señor reina sobre Israel, YHWH manifiesta su realeza cuando obra a favor de su Pueblo e instaura su soberanía divina, esta es la creencia en un Dios que interviene en la historia humana para cambiarla (6) y los alegres mensajeros anuncian esta buena noticia. El pueblo cautivo regresa a Sión es el mensaje profético para incentivar el retorno, que finalmente protagonizarán, en su gran mayoría, los sacerdotes y sus familias, porque estaban sin realización en Babilonia más una nueva generación de estudiosos que serán los escribas.

Este pasaje evangélico veterotestamentario esgrime, además, otro elemento teológico importante como es la redención, ésta se refiere a un pariente cercano que debe liberar a una persona que ha caído en la cárcel o en esclavitud (7). Además, se hacen presentes la alegría, la paz y la felicidad.
         
Así, hemos desglosado, sintéticamente, una enorme riqueza evangélica en solo cuatro versículos del Antiguo Testamento, tendrán que pasar casi 600 años desde este momento al Nacimiento de Jesucristo, con varias y nuevas teologizaciones acerca de la esperanza del Reino de Dios hasta llegar al evento concreto en que Dios se manifiesta y que será escrito en los llamados Evangelios de la Infancia,  que proclaman desde la fe en la Resurrección del Mesías su Nacimiento como Rey humilde que viene a intervenir en la historia humana desde adentro por medio de la Encarnación de Dios. Jesucristo viene a hacer posible que el Reino de los cielos sea encarnado en la tierra, no viene a traer una vida alienada del mundo sino la vida en abundancia ¿seremos capaces los cristianos de hacer bien nuestra tarea? El Deuteroisaías nos hace reflexionar sobre todo lo que Jesús trae en esta Navidad para los pobres, los pequeños, los que están lejos y los pecadores ¡Dios lo ha hecho todo por nosotros para que lo manifestemos al mundo! (PCD).       

Editorial de Prensa Cristiana Digital N°33 diciembre de 2010  

(1) Todo el libro del Emmanuel, cap. 40-55 de Isaías es un evangelio que trae la buena noticia del retorno de los judíos deportados a Babilonia. Fue necesario todo un proceso de teologización, de relectura de las tradiciones pasadas, de reescritura de las mismas para incentivar este retorno y poder institucionalizar el sacerdocio. Así, un evangelio es una proclamación teológica de fe que maneja un cúmulo de creencias.   
(2) Actualmente existen tres grandes escuelas bíblicas: 1. Minimalista, que se maneja exclusivamente con lineamientos racionales y considera que la Biblia es mera creación literaria; 2. Fundamentalista, si es que le cabe la etiqueta de “escuela”, se rige por el concepto de “sólo fe” o “fideísmo” y considera que la Biblia es un libro de historia y debe ser leído con fanatismo devocional cristiano; y 3. Histórico-crítica, es la que sostiene la Iglesia Católica y no cae en los extremismos anteriores sino que descubre en la Palabra de Dios la armonía existente entre la fe y la razón. 
(3) J. Alberto Soggin, “Nueva Historia de Israel”, Bilbao, Descleé de Brouwer, 2ª edición, p.330
(4) Isaías 41, 1-29
(5) II Pedro 1,20
(6) Ex 15, 11-18; Dt 3,24; 11,2 ss.; Nm 23,21 ss.; Jueces 8,23; I Samuel 8,5 ss.; 19,18; 12,12; Isaías 43,15; 44,6; Sal 24,7 ss.; 76,5 ss.; 96,10; 43,7 ss.
(7) Isaías 41,14; 43,14; 44,6; 47,4; 48,17; 49,7.26; 54,5)

5 comentarios:

  1. feliz navidad!!!

    ResponderEliminar
  2. Anónimo27.12.10

    Mis mejores deseos de Felicidades en estas fies-
    tas y Bendiciones del Ninio de Belen en el 2011
    que ya esta a nuestras puertas, para ti Mauricio
    los que colaboran en el blog...como asi tambien
    para todos los lectores!!!

    ETELVINA

    ResponderEliminar
  3. Anónimo28.12.10

    Perdon por no decir nada del Video que es belli-
    simo, nada mejor para celebrar la llegada del
    Emmanuel el Rey de la Gloria!!!


    Etelvina

    ResponderEliminar

Diálogo significa que hay más de una razón para exponer, una conversación entre dos o más personas que manifiestan sus ideas y afectos, también puede ser una discusión. El diálogo nos enriquece, por lo tanto: ¡bienvenida y bienvenido a dejar tu comentario en miel y langostas!

(Por favor, no publicidades ni SPAM)

Visita el Blog desarrollo biblico

Blog desarrollo bíblico


Llamá al (011) 4956-2399 y comunicate con nosotros

"Cómo interpretar la Biblia"

Auspiciado por el Departamento de Pastoral Bíblica Junta Catequística Arquidiocesana de Buenos Aires.