"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

17 de diciembre de 2010

Cuando el discípulo está enamorado de Cristo no deja de anunciar al mundo que sólo Él nos salva


Homilía de monseñor Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma para el 3º domingo de Adviento (12 de diciembre de 2010)

Demos gracias a Dios que, actualmente la Doctrina Social de la Iglesia vuelve a ser tema de reflexión para la feligresía católica. A mediados del siglo pasado, en todos los cuadros de la Acción Católica floreciente, fue tema de estudio para adolescentes, jóvenes y adultos.

En las últimas décadas del siglo XX, no obstante Encíclicas Sociales de cuatro Papas, en algunos sectores católicos, se la silenció y hasta en pequeños grupos se la sospechó con cierta peligrosidad para la paz social… Fue la influencia de la Ideología de la Seguridad Nacional que se infiltró, en forma funesta, en algunos sectores de la Iglesia Católica.

Hoy, con la animación de no pocos pastores está llegando el eco social-político del Evangelio a vastos sectores de la feligresía católica. Es auspiciosa la programación del primer Congreso Nacional sobre la Doctrina Social de la Iglesia, abierto al Pueblo de Dios, organizado por el Episcopado Argentino. Sin embargo, quedaría como hasta ahora, en una simple y utópica teoría, si la Doctrina Social Católica no llega a considerársela como concreción del Mandato divino de amarnos los unos a otros como hermanos e hijos de un mismo Padre-Dios; si su cumplimiento no es exigido como condición para acercarse con la debida preparación a la Comunión Sacramental Eucarística.

Porque no se la estudia para enfrentar otras ideologías sociales-políticas vigentes, sino para cumplirla desde la opción de Fe por Jesús y su Evangelio. Y en consecuencia para ofrecerla como la opción válida y eficaz de una sólida Paz social-política de la Sociedad Humana. Porque el proyecto del Dios de Jesucristo, en quien y a quien creemos los cristianos, es el de una sociedad fraterna por una justa solidaridad. Tal es así, que el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia es imprescindible para la vivencia y misión de la Fe Católica.

Por eso, el Documento de Aparecida, desde su comienzo y en numerosos capítulos, la presenta como parte integrante de la catequesis cristiana para el cumplimiento de la misión personal del discípulo de Jesucristo. “Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios” (Deus caritas est, 15). Por lo mismo, será también necesaria una catequesis social y una adecuada formación en la doctrina social de la Iglesia, siendo muy útil para ello el Compendio de la doctrina social de la Iglesia. La vida cristiana no se expresa solamente en las virtudes personales, sino también en las virtudes sociales y políticas”. A renglón seguido, reafirmando la integralidad de la dimensión social-política en el mensaje cristiano, añade: “El discípulo, fundamentado así en la roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la buena nueva de la salvación a sus hermanos. Discipulado y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo Él nos salva (cf. Hch 4, 12). En efecto, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro".

Se es discípulo de Jesús en la vida pública como en la vida privada. No pocos católicos han de entender que no se queda bien con Dios, sino se queda bien con el prójimo. Por eso, la Plegaria Eucarística V.b se expresa en estos términos significativos: “Danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.” Si al salir de Misa, no estamos más dispuestos a echar una mano al necesitado, hemos hecho un gesto vacío de contenido de Fe Católica.

La Argentina de hoy, clama por católicos que conozcan y pongan en práctica, por encima de sus propios intereses, la Doctrina Social de la Iglesia y han de exigirse conocerla para vivirla.
                                                                                             
Mons. Miguel Esteban Hesayne, obispo emérito de Viedma

Fuente: AICA

1 comentario:

  1. Anónimo17.12.10

    Solo un enamorado de Cristo como Mons. Hesayne
    puede hablarnos asi. Bueno seria que nuestros
    dirigentes tambien pudieran leerlo !

    ETELVINA

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