“Sudáfrica está viviendo un momento difícil, la situación no es tranquila como una vez lo fue”, afirma a Agencia Fides el P. Mario Tessarotto, misionero escalabriniano que en Ciudad del Cabo asiste a los refugiados provenientes de otros países africanos. Desde hace dos semanas los trabajadores del sector sanitario y escolástico están en huelga para pedir un aumento del sueldo. A ellos se han unido los trabajadores de otros sectores públicos, creando una fuerte sensación de malestar, especialmente para los más débiles. La Southern African Catholic Bishops’ Conference (SACBC) con una declaración con firma del Cardenal Wilfrid Napier, Arzobispo de Dubai, había denunciado la falta de asistencia en los hospitales (ver Fides 21/8/2010). “Hoy también en Ciudad del Cabo las escuelas están cerradas, a diferencia de otros días, cuando buena parte de los maestros habían ido a impartir clases. Ello debido a que los profesores que van a las escuelas temen ser objeto de represalias, como por ejemplo que su automóvil sea incendiado por los extremistas de la lucha sindical”, afirma el P. Mario.
“Las reivindicaciones del personal médico y del cuerpo de profesores son sacrosantas, ya que sus sueldos son sumamente bajos, al punto que muchos de ellos no logran ni siquiera pagar el alquiler. Sin embargo, la lucha sindical ha tomado un giro violento que es preocupante”, afirma el misionero. “Se advierte un clima de enfrentamiento social que no deja presagiar nada bueno. Durante los Mundiales de Fútbol yo decía que los estadios, una vez vacíos de gente, se llenarían con el miedo de estas personas, pues advertía esta situación que estaba ya latente”.
El P. Mario explica que “las disparidades económicas entre la élite dirigente, así como la sindical, y la población, han creado un contraste que es notable. Oficialmente la tasa de desocupación en Sudáfrica es del 28%, pero en realidad es de al menos un 40%, pues las estadísticas oficiales incluyen también a aquellos que realizan trabajo esporádicos o improvisados, como los parqueadores de automóviles, que al máximo logran recolectar 5 euros al día”.
“Finalmente en el país continúan circulando demasiadas armas. Los robos violentos están a la orden del día y la criminalidad es imperante. Una situación que debe ser afrontada por todos los sudafricanos mirando al bien común y no al interés personal o grupal”, concluye el P. Mario.
Fuente: Agencia Fides
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