La reciente destrucción del minarete de la mezquita de los Omeyas en Alepo y el secuestro de dos obispos ortodoxos, señalan las fuentes de Fides, simbolizan “el haber cruzado una línea roja” en el conflicto sirio. En el campo de batalla están aumentando constantemente las violaciones de los derechos humanos, los abusos de la libertad religiosa, los ataques a lugares o personas motivados por la religión: es la alarma lanzada por el nuevo informe titulado “Proteger y promover la libertad religiosa en Siria”, publicado en los últimos días por la Comisión Internacional de Libertad religiosa (USCIRF, “United States International Commission on Religious Freedom”). La Comisión es un órgano independiente bipartidista del Congreso de EE.UU, creado en 1998 para supervisar la libertad religiosa en el mundo y ofrecer recomendaciones al gobierno de EE.UU.
En el informe, enviado a la Agencia Fides, se afirma que “las fuerzas del gobierno han perpetrado ataques por motivos religiosos contra civiles musulmanes sunitas y miembros de las comunidades religiosas minoritarias” mientras crece “la violencia sectaria y la retórica de la violencia por motivos religiosos”. “Cada vez es más preocupante la situación de la libertad religiosa en Siria”, marcada por la escalada de la violencia y la crisis humanitaria, con un fuerte impacto en todas las comunidades religiosas.
Las manifestaciones pacíficas que iniciaron en marzo de 2011 - recuerda el informe - no tenía connotaciones sectarias o religiosas, mientras que el presidente Assad ha ordenado una represión violenta y el régimen ha declarado en repetidas ocasiones que está combatiendo “facciones islamitas”. En diciembre de 2012, el “Consejo para los Derechos Humanos” de las Naciones Unidas señaló que el conflicto se estaba polarizando y haciendo cada vez más violento, no sólo entre las fuerzas pro-Assad y las fuerzas de la oposición, sino también a lo largo de líneas étnicas y religiosas. Ha crecido “la retórica de la violencia religiosa”, así como la afluencia de elementos extranjeros con una agenda sectaria y extremista.
En la guerra - continúa el texto - las identidades étnicas y religiosas se entrelazan con los aspectos políticos y “barrios enteros de la ciudad o suburbios tienden a estar dominados por grupos religiosos o étnicos concretos”. “Los ataques por motivos religiosos son perpetrados por el régimen de al-Assad, como por parte de las fuerzas de oposición que buscan su derrocamiento, causando graves violaciones de la libertad religiosa”, señala la Comisión. Estas violaciones “también amenazan la diversidad religiosa de Siria, lo que aumenta la probabilidad de la violencia religiosa y las represalias en Siria post-régimen, cuando las minorías religiosas serán particularmente vulnerables”, advierte el texto.
Según fuentes de la oposición, el régimen de Assad y sus milicianos han destruido más de 500.000 edificios, entre los cuales hay casas, escuelas, exquisitas, iglesias y hospitales. También grupos armados pertenecientes a la oposición, sobre todo extranjeros, han perpetrado ataques similares: El Informe cita la antigua sinagoga de Damasco, saqueada y dañada, destrucciones de mezquitas chiítas, secuestros y atentados contra líderes cristianos y la profanación de iglesias, como el histórico santuario de San Maroun, en la aldea de Barad, cerca de Alepo.
Fuente: Agencia Fides
ESTO ES MUY CIERTO HAY UNA TENDENCIA GENERAL AL FUNDAMENTALISMO,,QUE DIOS NOS LIBRE
ResponderEliminarLos fundamentalistas son un asquito hablan todo el día de cosas que no viven y repiten de memoria lo que nunca entendieron....
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