"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

6 de noviembre de 2012

La metáfora de las dos columnas. Serie de pequeños comentarios en el Año de la Fe por FM Parroquial 105.1

 
 
Serie de pequeños comentarios en el Año de la Fe por FM Parroquial 105.1
 
La metáfora de las dos columnas
 
El Papa Benedicto XVI ha querido que pongamos nuestra atención personal, mente y sensibilidad, en este año consagrado a la Fe, especialmente en lo que respecta al Concilio Ecuménico Vaticano II y al Catecismo.
 
Sea este nuestro humilde aporte a la formación en la querida FM Parroquial 105.1 para comenzar nuestro itinerario que incluirá pequeñas reflexiones sobre nuestra Madre la Virgen María, el Apóstol san Pablo (recordando el año paulino), el sacerdocio en la Biblia (recordando el año sacerdotal) y algunos temas interesantes como p.e. la Mística cristiana (san Juan de la Cruz) y otros.     
 

Para comenzar partimos del Catecismo de la Iglesia que nos recuerda las vías de acceso al conocimiento de Dios, pero utilizaremos como instrumento el Compendio del Catecismo por ser más dinámico y sintético:
 
3. ¿Cómo se puede conocer a Dios con la sola luz de la razón?
31-36
46-47
A partir de la Creación, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad y belleza infinita.

4. ¿Basta la sola luz de la razón para conocer el misterio de Dios?
37-38
Para conocer a Dios con la sola luz de la razón, el hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar por sí mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios ha querido iluminarlo con su Revelación, no sólo acerca de las verdades que superan la comprensión humana, sino también sobre verdades religiosas y morales, que, aun siendo de por sí accesibles a la razón, de esta manera pueden ser conocidas por todos sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla de error.
 
5. ¿Cómo se puede hablar de Dios?
 
Se puede hablar de Dios a todos y con todos, partiendo de las perfecciones del hombre y las demás criaturas, las cuales son un reflejo, si bien limitado, de la infinita perfección de Dios. Sin embargo, es necesario purificar continuamente nuestro lenguaje de todo lo que tiene de fantasioso e imperfecto, sabiendo bien que nunca podrá expresar plenamente el infinito misterio de Dios.
 
Entonces, y utilizaremos una manera mística de expresarnos, es decir de vía negativa "no es", muy propia de los místicos. La vida de la Fe no es separación de fe y razón. La Iglesia no es antinómica o dicotómica.
 
Podríamos pensar metafóricamente en dos columnas, allí hay encontrar algunas verdades como:
 
1) Fe, Dios Uno (unidad), gracia, Jesucristo Dios
2) Razón, Dios Trino (diversidad), libertad, Jesucristo hombre

La gran tentación humana es pensar que se puede "destruir" una de ellas por resultar incómoda para nuestras ideologías-utopías por un lado o nuestro empirismo científico por el otro, eliminando así la "tensión" y "dificultad" que plantea el equilibrio, siendo más fácil sucumbir a la ley de la gravedad no pudiendo edificarnos como Iglesia viva que incluye a todos.
 
Si sólo nos quedamos con la primera columna no pasamos, correspondientemente, de un fideísmo, fundamentalismo, dejadismo y divinismo mágico. Se trata de una columna que quedando aislada de la otra se corrompe en una suerte de "maravillosismo popular".
 
Si sólo nos quedamos con la segunda columna no pasamos, correspondientemente, de un racionalismo, relativismo, pelagianismo (la herejía de los continuadores de Pelagio) y humanismo. Se trata de una columna que quedando aislada de la otra se corrompe en una suerte de "iluminismo racional".
 
Todas las enfermedades de la teología y de la vida de la fe provienen de la separación, del dualismo, de la antinomia, de la dicotomía entre una columna y la otra. Pero la Iglesia de Jesucristo no es antinómica, ni dicotómica, sino que peregrina por el Camino de la Paz (cf. Lc 1,79).
 
Para finalizar esta pequeña reflexión inicial vayamos a la sagrada Escritura:
 
Jirám modeló las dos columnas de bronce. La altura de una columna era de nueve metros y un hilo de seis metros medía su contorno. La segunda columna era idéntica a la primera. El hizo además dos capiteles para colocarlos arriba de las columnas; estos eran de bronce fundido. La altura del primer capital era de dos metros y medio, y el segundo tenía la misma altura. Hizo unas molduras en forma de red y frisos en forma de guirnaldas para los capiteles que estaban encima de las columnas; siete para el primer capital y siete para el segundo. Hizo también las granadas: puso dos hileras alrededor de una de las redes, para cubrir los capiteles que remataban las columnas, y lo mismo hizo para el segundo capitel. Los capitales que estaban encima de las columnas, en el vestíbulo del templo, tenían una moldura en forma de azucena y medían dos metros. En los capiteles superpuestos a las dos columnas, también en la parte superior, a lo largo del ensanchamiento que estaba más allá de la red, había doscientas granadas distribuidas en hileras circulares, sobre los dos capitales. El erigió esas columnas junto al vestíbulo del Templo: erigió la columna derecha, y la llamó Iaquín; erigió también la columna izquierda, y la llamó Boaz. En lo alto de las columnas había una moldura en forma de azucena. Así quedó concluido el trabajo de las columnas. (I Reyes 7,15-22).
La función de estas columnas es simbólica, Iaquín (fuerte, fortaleza) y Boaz (firme, establecido) o ambas: "fortalezca y establezca". Su origen es desconocido y podrían recordarnos las columnas de nube y fuego de YHWH en el desierto o "el cielo y la tierra". Conceptos diferentes que se encuentran, que no se separan, el símbolo de las columnas en el templo salomónico nos recuerdan la solidez y la firmeza en la Fe, en el caminar del Cuerpo de Cristo.
 
Mauricio Shara
 
Bibliografía:
Texto bíblico de la versión argentina "El libro del pueblo de Dios"
Compendio del Catecismo de la Iglesia   

2 comentarios:

  1. Anónimo7.11.12

    Mauricio esta reflexion es mucho mas que una meta
    fora, es un llamado a profundizar todo lo que ve-
    nimos viviendo a fin de acrecentar nuestra Fe...!

    Etelvina

    ResponderEliminar
  2. María José28.12.12

    Muy bueno, fe y razón van juntas

    ResponderEliminar

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