Los indicadores no avanzan al ritmo esperado y necesario para superar las profundas brechas de desigualdad que aún persisten en el país. El retraso en la implementación de la jornada completa en las escuelas, para muchos especialistas la llave maestra del cambio, es uno de los que más lo evidencian, junto con los niveles aún elevados de chicos que no tienen computación e inglés, herramientas clave para el futuro progreso laboral. En todos los casos, las fuertes diferencias entre los colegios públicos y privados persisten, así como entre los diferentes niveles socioeconómicos. A estas conclusiones llegó el último informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia que se presenta hoy y abarca el período 2007-2011 en centros urbanos de todo el país. Sólo el 6% de los alumnos del nivel primario asiste a jornada completa en las escuelas públicas, un indicador que no se movió desde 2010.
Para ese año, la Ley de Financiamiento Educativo había fijado como meta una cobertura del 30% de la matrícula. La brecha es aún más significativa en la división por ingresos: mientras en los sectores más acomodados el 18,6% tiene doble jornada, entre los de menores recursos es sólo del 2,7%, es decir, siete veces menos. “En el cumplimiento de la meta que plantea la ley y dar prioridad a los sectores sociales y las zonas geográficas más desfavorecidas, no se avanzó nada”, dijo Ianina Tuñón, coordinadora del estudio impulsado por la Universidad Católica.
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En cuanto a la Jornada Completa, todo sigue igual. Y a la brecha entre pudientes y pobres es
ResponderEliminarcada vez mayor...!
Cada vez hay mas chicos por las calles oliendo
pegamento, quemando sus neuronas y son menos los
que terminan sus estudios primarios.!
Etelvina