A fines de 2001, mientras casi todos los acuerdos políticos y sociales del país se hundían bajo el peso de la crisis, el diálogo interreligioso emergía como una novedad, un fenómeno fresco y renovador que comenzó con acciones sociales conjuntas por parte de las distintas religiones y culminó, poco después, en la Mesa del Diálogo, una experiencia inédita que fue, sin saberlo, la semilla de algo duradero. Hoy, una década después, aquella propuesta germinal de actuar conjuntamente ante la necesidad más allá de las diferencias se convirtió en una realidad cotidiana que cruza lo social, lo cultural y hasta lo político.
Encuentros periódicos, declaraciones públicas, actividades en conjunto, libros, propuestas turísticas y hasta iniciativas parlamentarias consensuadas confirman por qué Buenos Aires se ha convertido en una de las referencias mundiales de una tendencia que invita a olvidar diferencias milenarias y poner el acento en los desafíos conjuntos de la fe. Porque entre otras cosas, de eso también se trata. Como lo expresa el sacerdote Fernando Giannetti, responsable de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la Arquidiócesis de Buenos Aires, la cuestión interreligiosa tiene una batalla que se combate en un escenario más vinculado con el plano de las ideas. "En un mundo cada vez más secular y antropocéntrico, que haya una mirada espiritual de la vida es muy positivo", explica.
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PUDE ASISTIR AL NACIMIENTO DE ESTE INTENTO QUE
ResponderEliminarDANDO CUMPLIMIENTO A Jn.17,21 PERSISTE HASTA EL
PRESENTE. EL SENIOR PERMITA QUE TANTO EL DIALOGO
INTERRELIGIOSO, COMO EL ECUMENISMO SE HAGAN REA-
LIDAD, PARA QUE CUANDO CRISTO VENGA, NOS ENCUEN-
TRE A TODOS BIEN UNIDOS.!
ETELVINA