"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

8 de marzo de 2011

Mons. Giaquinta: "anunciar a Jesús vivo ¿o como un pedazo de madera?"


Homilía de monseñor Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, para la homilía del 9° domingo durante el año (6 marzo 2011)

Mt 7,21-27

1. Hoy concluimos la lectura del Sermón de la Montaña, que venimos haciendo desde hace seis domingos. Del capítulo 7 de San Mateo leemos los versículos 21-27. La enseñanza de los restantes versículos la escuchamos en buena medida el año pasado, cuando leímos San Lucas (domingos 7º y 8º). Sin embargo, conviene tener presente todo el capítulo 7, para tener completa la figura del discípulo, hijo de Dios Padre, propuesta a lo largo del Sermón: a) ser benévolo al juzgar al hermano (vv. 1-5); b) respetar las cosas sagradas (v.6); c) orar al Padre con espíritu filial (vv. 7-11); d) entrar por la puerta estrecha del bien (vv. 13-14); e) cuidarse de los falsos profetas (vv. 15-20).

I. “NO SON LOS QUE ME DICEN: ‘SEÑOR, SEÑOR…
“SINO LOS QUE CUMPLEN LA VOLUNTAD DE MI PADRE”

2. A continuación viene el párrafo mencionado, que cierra perfectamente el Sermón, poniendo una vez más al discípulo en relación íntima con Dios Padre: “No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo” (Mt 7,21).
El discípulo de Jesús, que desde el comienzo del Sermón fue descrito como luz del mundo, cuyas obras han de brillar ante los hombres “a fin de que ellos glorifiquen al Padre que está en cielo” (Mt 5,16): cumple la voluntad del Padre. Para ello ha de poner en práctica la enseñanza de Jesús.
No basta conocerla con la mente. O confesarla con los labios. Es preciso llevarla a la práctica. Sin ello, la invocación de Dios en la liturgia se vuelve formalismo vacío. Es lo que sucedió con muchos hombres religiosos en tiempos de Jesús. Por ello les echó en cara: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos’” (Mt 15,7-9).
Nada más contrario al Evangelio que conocerlo y no vivirlo. Esto hace que no se lo entienda cabalmente. Incluso, el hecho de estar metido en cosas religiosas sin vivirlas de corazón, embota la mente y la incapacita para entenderlas de veras. Como dice Jesús: “Miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden… El corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos’” (Mt 13,13-15).

3. Jesús insiste sobre la necesidad de poner en práctica su palabra, y nos previene de no escudarnos en actividades religiosas, que también pueden ser hechas sin su espíritu: “Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?’. Entonces yo les manifestaré: ‘Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal’” (Mt 7,22-23).

II. ANUNCIAR A JESÚS VIVO, ¿O COMO UN PEDAZO DE MADERA?

4. A la luz de la severa amonestación de Jesús, conviene que nos preguntemos sobre el apostolado que realizamos en la Iglesia, tan variado, fatigoso, y, muchas veces, tan estéril. Si bien la esterilidad puede provenir del rechazo del hombre moderno a la palabra de Dios, hemos de preguntarnos con humildad si no se debería también a que en la Iglesia estaríamos padeciendo el mismo drama que vivía la religión judía en tiempos de Jesús. Una religión para la cual Dios era una cosa, sublime, pero cosa al fin. Nos fatigamos hablando de religión, pero no mostramos con nuestro testimonio que Cristo puede cambiar nuestra vida. No se trata de hacer un sermón en toda clase de teología o de religión. Pero la teología y religión que se imparte, como también la catequesis y la predicación, deben mostrar el potencial transformador que tiene el Evangelio de Jesús. Refiriéndose a esta situación, una religiosa me comentaba: “Me enviaron a Italia a estudiar ciencias religiosas. Venían eminentes profesores. Pero muchos hablaban de Jesús como si fuese un trozo de madera, con el que no sabía qué hacer. Por fortuna, descubrí otro instituto, y se me abrió el cielo, porque el Jesús del que me hablaban era un Jesús creído y amado, al que valía la pena servir”.

III. “EL QUE ESCUCHA MIS PALABRAS Y NO LAS PRACTICA,
PUEDE COMPARARSE A UN HOMBRE INSENSATO”

5. El Sermón de la Montaña termina con la parábola de dos hombres: uno sensato y otro insensato. El primero, que practica la palabra de Jesús, construyó su casa sobre roca. El segundo, que no la practica, la construyó sobre arena. Cuando vino la tormenta, la primera quedó incólume. Con la segunda, en cambio, “su ruina fue grande” (vv. 24-27).

6. Jesús nos da su palabra para practicarla. Él no enseña nada sólo para acrecentar nuestros conocimientos religiosos. Si en el Sermón de la Montaña enseña que Dios es nuestro Padre, es para que nos comportemos como hijos suyos, y, consecuentemente, como hermanos de todos los hombres. De allí que la exhortación a practicar la Palabra esté siempre presente en la catequesis de los Apóstoles: “Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. El que oye la Palabra y no la practica, se parece a un hombre que se mira en el espejo, pero enseguida se va y se olvida cómo es” (St 1,22-24).

Mons. Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia

Fuente: AICA
 

1 comentario:

  1. Anónimo8.3.11

    SI SABEMOS LEER BIEN ESTA HOMILIA, NOS DAREMOS
    CUENTA NO SOLO QUE NO PODEMOS RECHAZAR LA CRUZ,
    SINO QUE ES UN SIMBOLO MARAVILLOSO DE UN CRISTO VIVO QUE ESTA CAMINANDO EN MEDIO NUESTRO, QUE ALLI PADECIO Y MURIO POR NUESTRA SALVACION, PERO
    QUE TAMBIEN
    RESUCITO...!
    ETELVINA

    ResponderEliminar

Diálogo significa que hay más de una razón para exponer, una conversación entre dos o más personas que manifiestan sus ideas y afectos, también puede ser una discusión. El diálogo nos enriquece, por lo tanto: ¡bienvenida y bienvenido a dejar tu comentario en miel y langostas!

(Por favor, no publicidades ni SPAM)

Visita el Blog desarrollo biblico

Blog desarrollo bíblico


Llamá al (011) 4956-2399 y comunicate con nosotros

"Cómo interpretar la Biblia"

Auspiciado por el Departamento de Pastoral Bíblica Junta Catequística Arquidiocesana de Buenos Aires.