Mensaje de monseñor Ramón Alfredo Dus, obispo de Reconquista, para la Cuaresma 2011 (9 de marzo de 2011)
La bienaventuranza: “Felices los pobres...” (Mt 5,3; Lc 6,20) es siempre una luz y un desafío para todo cristiano. Esta palabra de Jesús nos hace conscientes que existe una pobreza que es una virtud, que trae felicidad y alegría, pero que se ha de ejercitar libremente, como lo han hecho tantos santos, y lo hacen testigos del Evangelio también en nuestros días. Muchos son laicos entregados al servicio de los demás; otros son consagrados o miembros de movimientos. Todos ellos comparten su vida y sus bienes porque han conocido un tesoro y una riqueza más grande. Son felices porque dan, y al dar reciben siempre mucho más. Ellos han comprendido que ser pobres tiene sentido para la comunión: para que los bienes alcancen a todos, para que el compartir anime todo el tejido social.
Pero también somos conscientes que existe una pobreza, que es sinónimo de miseria, que con frecuencia es el resultado de injusticias, y es provocada por el egoísmo de muchos, que genera indigencia y hambre, y que favorece los conflictos y la violencia.
Con nuestro lema este año: “Compartir es dar vida” queremos proponer y favorecer un “círculo virtuoso” entre la pobreza evangélica que conviene elegir y la pobreza – miseria que debemos combatir. Para ello se necesita un compromiso amplio de todos los sectores; hay necesidad de cambios estructurales y de políticas públicas que promover. Pero desde ya podemos favorecer este objetivo actuando como creyentes y como ciudadanos, dando testimonio que es posible una vida social más sensible a los pobres, en el espíritu del compartir.
Para esto nos inspiran dos valores evangélicos y al mismo tiempo universales: la solidaridad y la sobriedad. Solidaridad implica una opción por la justicia, el cuidado por la dignidad de nuestros hermanos y el querer su bienestar. Sobriedad significa usar de los bienes que tenemos, con una sensibilidad que nos hace atender las necesidades de los otros. Tantas veces nos sobran bienes, de los que muchos carecen, en lo más elemental.
El amor cristiano nos sensibiliza el corazón y nos mueve a compartir. Nadie es tan carente que no pueda dar algo: una palabra, un servicio, cosas, dinero, algo de nuestro tiempo. Compartir nos hace construir fraternidad. Compartir da esperanza. Trae alivio en las necesidades. Nos hace creer en la bondad del corazón de los hombres. Hace menos pesado el camino de la vida de muchas familias. Compartir nos hace pobres en el espíritu, y a la vez responsables de construir la comunión social. Compartir nos dignifica a todos.
La cuaresma nos invita a la conversión. Vivir de manera sobria y solidaria genera vida y alegría a nuestro alrededor y nos hace gustar esa felicidad que trae Jesús cuando nos convence que: “La felicidad está más en dar que en recibir” (Hc 20,35).
Mons. Ramón Alfredo Dus, obispo de Reconquista
Fuente: AICA
LA POBREZA EVANGELICA ES TOTALMENTE DIFERENTE A LA
ResponderEliminarPOBREZA-MISERIA, EN QUE LOS GOBIERNOS DE LATINOAME-
RICA TIENEN SUMIDOS A SUS PUEBLOS. NO ES PRECISAMEN-
TE DAR DE LO QUE SOBRA SINO COMPARTIR LO POCO QUE SE TIENE...SI MUCHOS ENTENDIERAN QUE FELICES SE SIENTEN LOS QUE COMPARTEN, SE PONDRIAN DE SU LADO...
EN ESPECIAL EN RECONQUISTA Y EN CASI TODO EL NE.ARG.
ETELVINA
NO ES UN TEMA MENOR, YA QUE HAY MUCHA CONFUSION PENSANDO QUE LA POBREZA ES CASI UNA BENDICION Y UN MONTON DE GENTE DANDO LÁSTIMA COMO MAQUILLAJE CRISTIANO (?). COINCIDO POR PRIMERA VEZ CON MI GRAN AMIGA ETELVINA, CON QUIEN HE TENIDO DEBATES. PORQUE SI LA POBREZA FUERA UNA BENDICION DE DIOS PA QUE SE LA COMBATE ENTONCES??? Y LA TEOLOGIA DE LA LIBERACION DEBE ACTUALIZARSE YA QUE SU CONTENIDO ES FUERTE EMOCIONALMENTE PERO NO RACIONALMENTE, PORQUE SI EL POBRE ES EL SUJETO PRIVILEGIADO DE LA EPIFANIA Y EN UN PAIS NO HAY MAS POBRES, ENTONCES LA EPIFANIA NO EXISTE (JE JE JE. MUY BUENO EL MENSAJE DEL PASTOR.
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