"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

16 de marzo de 2011

EAC 2011 - Síntesis del taller "Biblia y Liturgia en la Catequesis" a la luz de Verbum Domini


El eje del taller es la segunda parte de la Exhortación apostólica Verbum Domini de Benedicto XVI. Previamente es necesario hacer referencia al nombre del documento, Verbum Domini, la Palabra del Señor. Esta Palabra no es la Biblia sino que se encuentra en ella. El misterio de Dios se comunica a través de la Palabra. De esta manera, Dios se ha expresado de modo humano.



El documento consta de tres partes:

        1.- Verbum Dei (hermenéutica, interpretación).
        2.- Verbum in Ecclesia (en la Liturgia y en la vida eclesial)
        3.- Verbum Mundo (evangelización)

Es Jesús quien domina la esencia del documento porque Él es la Palabra de Dios. La Iglesia se abre a los distintos métodos para interpretar la Palabra de Dios. Para Benedicto XVI no se puede evangelizar sin Verbum in Ecclesia. La Iglesia es la casa de la Palabra. La liturgia es el ámbito privilegiado para la Palabra.

La Liturgia es el culto oficial de la iglesia. Liturgia es servicio público. Se expresa a través de celebración, encuentro, alabanza, comunión, signos, oración. Un ejemplo es la Liturgia de las Horas. En ella encontramos la armonía entre la Liturgia y la Biblia. Es una oración a Cristo y con Cristo.

En la Liturgia se celebra la Palabra de Dios. El documento lo plantea: “53. El Sínodo de los Obispos, afrontando el tema del valor de la liturgia para la comprensión de la Palabra de Dios, ha querido también subrayar la relación entre la Sagrada Escritura y la acción sacramental. Es más conveniente que nunca profundizar en la relación entre Palabra y Sacramento, tanto en la acción pastoral de la Iglesia como en la investigación teológica. Ciertamente «la liturgia de la Palabra es un elemento decisivo en la celebración de cada sacramento de la Iglesia»; sin embargo, en la práctica pastoral, los fieles no siempre son conscientes de esta unión, ni captan la unidad entre el gesto y la palabra. «Corresponde a los sacerdotes y a los diáconos, sobre todo cuando administran los sacramentos, poner de relieve la unidad que forman Palabra y sacramento en el ministerio de la Iglesia». En la relación entre Palabra y gesto sacramental se muestra en forma litúrgica el actuar propio de Dios en la historia a través del carácter performativo de la Palabra misma. En efecto, en la historia de la salvación no hay separación entre lo que Dios dice y lo que hace; su Palabra misma se manifiesta como viva y eficaz (cf. Hb 4,12), como indica, por lo demás, el sentido mismo de la expresión hebrea dabar. Igualmente, en la acción litúrgica estamos ante su Palabra que realiza lo que dice. Cuando se educa al Pueblo de Dios a descubrir el carácter performativo de la Palabra de Dios en la liturgia, se le ayuda también a percibir el actuar de Dios en la historia de la salvación y en la vida personal de cada miembro.” (Verbum Domini).

En su Palabra, Jesús nos plantea la profundización de la Ley… ¿Como profundizarla desde la catequesis? Trabajando el texto Lc. 24, 13-35. Los discípulos de Emaus. Partiendo del concepto subjetivo, lo que cada uno ve en el texto o lo que el texto le dice a cada uno, y utilizando la hermenéutica de la fe como medio para llegar al concepto objetivo, de manera de actualizar la Palabra. “54…El relato de Lucas sobre los discípulos de Emaús nos permite una reflexión ulterior sobre la unión entre la escucha de la Palabra y el partir el pan (cf. Lc 24,13-35). Jesús salió a su encuentro el día siguiente al sábado, escuchó las manifestaciones de su esperanza decepcionada y, haciéndose su compañero de camino, «les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura» (24,27). Junto con este caminante que se muestra tan inesperadamente familiar a sus vidas, los dos discípulos comienzan a mirar de un modo nuevo las Escrituras. Lo que había ocurrido en aquellos días ya no aparece como un fracaso, sino como cumplimiento y nuevo comienzo. Sin embargo, tampoco estas palabras les parecen aún suficientes a los dos discípulos. El Evangelio de Lucas nos dice que sólo cuando Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, «se les abrieron los ojos y lo reconocieron» (24,31), mientras que antes «sus ojos no eran capaces de reconocerlo» (24,16). La presencia de Jesús, primero con las palabras y después con el gesto de partir el pan, hizo posible que los discípulos lo reconocieran, y que pudieran revivir de un modo nuevo lo que antes habían experimentado con él: « ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» (24,32).”(Verbum Domini). Este pasaje nos remite a la Misa, Liturgia de la Palabra y Liturgia de la Eucaristía. Emaus se transforma en un nuevo entendimiento que hace que los discípulos den testimonio.

Es importante hacer uso de esta hermenéutica de la fe en los textos que utilicemos en nuestros encuentros a fin de actualizar la Palabra del Dios vivo.

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