"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

11 de febrero de 2011

Mons. Polti: nunca es lícito contraponer la razón a la fe porque entre ambas existe una armonía y ambas provienen de Dios

Homilía de monseñor Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero en el inicio del curso lectivo 2011 de la Universidad Católica de Santiago del Estero (Capilla Nuestra Señora de la Misericordia, 9 de febrero de 2011)

Queridos Rector, Vicerrectores, Decanos, profesores, alumnos, personal no docente, hermanos y hermanas en Cristo,

En torno a la Mesa del Altar y de la Palabra iniciamos un nuevo ciclo lectivo en esta alta casa de estudios. Es para mí una gran alegría presidir esta Eucaristía y reencontrarme con cada uno de ustedes para pedirle, una vez más al Espíritu Santo, las luces necesarias para emprender renovados este año académico 2011.


En el Evangelio de la Misa que acabamos de escuchar, san Marcos se detiene en la denuncia que Jesús hizo a los escribas de su tiempo de anteponer el legalismo de las normas rituales establecidas por la tradición humana a la ley de Dios, ahogando así el verdadero sentido del culto. Asimismo el Señor expone a la muchedumbre la doctrina sobre la verdadera pureza, y lo hace mediante una comparación entre el alimento y la decisión humana libre.

Me quería detener en las primeras palabras que Jesús les dice a sus discípulos cuándo éstos le preguntaron sobre el sentido de aquélla parábola: ¿Así que también ustedes son incapaces de entender? Pensaba, en primer lugar, en la necesidad que tenemos cada uno de nosotros que nos expliquen las cosas, que nos enseñen, que nos transmitan conocimientos, que nos digan la verdad… En este sentido, la Universidad Católica de Santiago del Estero tiene un gran desafío entre sus manos al abrir sus puertas a tantos jóvenes que se encuentran deseosos de aprender. Por otra parte, se necesita la humildad para quitarse muchos prejuicios y dejarse moldear con nuevos conocimientos que irán formando al profesional que mañana tendrá, a través de su trabajo, la tarea de construir una patria más justa, fraterna y solidaria.

Dentro de cada uno de nosotros hay un gran deseo de verdad. El interrogarse sobre el porqué de las cosas -como hemos visto en la actitud de los discípulos de Jesús- es inherente a la razón humana. Ya Aristóteles, en el comienzo de su libro sobre la Metafísica, asegura que “todos los hombres desean saber” (1) y la verdad es el objeto propio de este deseo. Es lógico; a ninguno nos gusta que nos digan mentiras y nos engañen. Es la lección aprendida por San Agustín que nos transmite: “he encontrado muchos que querían engañar, pero ninguno que quisiera dejarse engañar” (2).

La Universidad tiene que proporcionar los medios necesarios para progresar en el conocimiento de la verdad, de modo que pueda hacer cada vez más humana la propia existencia. El venerable siervo de Dios, Juan Pablo II, que el próximo 1 de mayo será beatificado, en la Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae afirmaba que: “Es un honor y una responsabilidad de la Universidad católica consagrarse sin reservas a la causa de la verdad. Es ésta su manera de servir, al mismo tiempo, a la dignidad del hombre y a la causa de la Iglesia, que tiene "la íntima convicción de que la verdad es su verdadera aliada... y que el saber y la razón son fieles servidores de la fe". Sin descuidar en modo alguno la adquisición de conocimientos útiles, la Universidad católica se distingue por su libre búsqueda de toda la verdad acerca de la naturaleza, del hombre y de Dios”.

Y proseguía el Papa: “Nuestra época, en efecto, tiene necesidad urgente de esta forma de servicio desinteresado que es el de proclamar el sentido de la verdad, valor fundamental sin el cual desaparecen la libertad, la justicia y la dignidad del hombre. Por una especie de humanismo universal la Universidad católica se dedica por entero a la búsqueda de todos los aspectos de la verdad en sus relaciones esenciales con la Verdad suprema, que es Dios. Por lo cual, ella, sin temor alguno, antes bien con entusiasmo trabaja en todos los campos del saber, consciente de ser precedida por Aquel que es "Camino, Verdad y Vida", el Logos, cuyo Espíritu de inteligencia y de amor da a la persona humana la capacidad de encontrar con su inteligencia la realidad última que es su principio y su fin, y es el único capaz de dar en plenitud aquella Sabiduría, sin la cual el futuro del mundo estaría en peligro” (3).

Los profesores, a través de la investigación sincera y de la comunicación de los resultados obtenidos a sus alumnos, contribuyen a saciar ese deseo que tiene la razón de conocer cada vez más y más profundamente, a la vez que transitan -cuando ponen todos sus talentos y virtudes y lo ofrecen a Dios- el camino de la santidad. Los alumnos, por su parte, no deben limitar su horizonte de inquietudes a un entorno exclusivamente académico. Si pierden su contacto con la vida, la ciencia se encapsula, se hace narcisista y acaba por agotarse, por tanto, junto con los profesores, no pueden olvidarse que están también llamados a orientarse hacia una verdad que los trasciende.

Hoy, nuestra sociedad, como nos ha advertido el Santo Padre, Benedicto XVI, está sometida a la “dictadura del relativismo”, donde todo se reduce a una simple opinión y a una desconfianza en la posibilidad de encontrar la verdad. “La legítima pluralidad de posiciones -sostiene la Fides et Ratio- ha dado paso a un pluralismo indiferenciado, basado en el convencimiento de que todas las posiciones son igualmente válidas” (4).

El relativismo responde a una concepción de la vida que trata de imponerse. El relativista piensa que el modo de alcanzar la mayor felicidad posible de lograr en este pobre mundo nuestro -que siempre es una felicidad limitada- es evadir el problema de la verdad. Pero esta concepción se encuentra con el problema de que los hombres, además de desear ser felices, de querer gozar, de aspirar a carecer de vínculos para movernos a nuestro antojo, tenemos también una inteligencia, y deseamos conocer el sentido de nuestro vivir.

Este deseo de saber y “la sed que el hombre tiene de Dios” me hacen estar convencido de que la hora actual es una hora llena de esperanza y de que el futuro es mucho más prometedor de lo que parece. Por tanto reafirmando la verdad de la fe podremos devolver al hombre contemporáneo la auténtica confianza en sus capacidades cognoscitivas. Nunca es lícito contraponer la razón a la fe porque entre ambas existe una armonía, como destacó santo Tomás de Aquino al argumentar que no pueden contradecirse porque ambas luces -fe y razón- provienen de Dios (5).

Acudimos a Santa María, Asiento de la Sabiduría, que ha engendrado la Verdad y la ha conservado en su corazón, para que sea nuestro puerto seguro en nuestra búsqueda de la verdad y nos consiga los dones del Espíritu Santo que necesitamos para emprender este nuevo ciclo académico. Así sea.

Mons. Francisco Polti, obispo de Santiago del Estero

Fuente: AICA

(1) ARISTOTELES, Metafísica, I, 1.
(2) SAN AGUSTIN, Confesiones, X, 23, 33: CCL 27, 173.
(3) JUAN PABLO II, Const. Apost. Ex Corde Ecclesiae, 4.
(4) JUAN PABLO II, Carta Encíclica Fides et Ratio, 5.
(5) Cfr. SANTO TOMAS DE AQUINO, Summa contra Gentiles, I, VIII.

4 comentarios:

  1. Anónimo12.2.11

    DESDE YA QUE FE Y RAZON PROVIENEN DE DIOS.
    APENDI QUE LAS COSAS DE DIOS SIMPLEMENTE SE CREEN
    JAMAS SE RAZONAN. MAS DE UNA VEZ, CUANDO ENTRA A TALLAR EL RAZONAMIENTO NO SOLO SE PIERDE LA FE, SINO QUE EL QUE ESTO HACE,CASI SIEMPRE SE TRANS- FORMA EN AGNOSTICO. RECORDEMOS A SAN AGUSTIN Y EL
    MISTERIO DE LA TRINIDAD, NADIE LO PUDO NI PODRA COMPRENDER.!!!

    ETELVINA

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  2. Anónimo13.2.11

    OYE CHICA!! JUAN PABLO II DECIA QUE LA FE Y LA RAZON SON DOS ALAS DEL MISMO PAJARO.. OYE!! DE QUE LOQUITO FUNDAMENTALISTA SACASTE LO QUE DIJISTE?? LEE EL MAGISTERIO CHICA!!

    WASHINGTON WILSON PéREZ

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  3. Anónimo13.2.11

    Y ME OLVIDÉ ALGO CHICA: SAN AGUSTÍN A LOS RACIONALISTAS LES RESPONDE "CREE PARA COMPRENDER" (CREDE UT INTELLIGAS) Y A LOS FIDEISTAS LES RESPONDE "COMPRENDE PARA CREER" (INTELLIGE UT CREDAS). AL PRINCIPIO SAN AGUSTIN FUE FIDEISTA COMO BUEN INFANTE DE CRISTO PERO COMO FUE CRECIENDO EN LA FE SE DIO CUENTA DE LA RELACION DE FE Y RAZÓN. CUANDO ERA NIÑO HABLABA COMO NIÑO PERO CUANDO CRECIO DEJO DE HABLAR COMO NIÑO. FUE UN HOMBRE DE DIOS (DE VERDAD NO COMO LOS FUNDAMENTALISTAS QUE SON ACTORES).

    ABRAZO CHICA

    WASHINGTON WILSON PéREZ

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  4. Anónimo13.2.11

    La gente quiere comer cosas que hinchen: milanesa napo con fritas, hamburguesas con panceta y fritas, sanguches de mila con jamón.
    La gente no quiere tomar la sopa, ni las comidas nutritivas ¡quieren postre!
    Asi son los FIDEISTAS gordos desnutridos, quierenm que los hinchen con poesias y musica. Se regocijan con los HINCHA LOCOS y se aburren con los profetas de verdad.

    Maduremos!!!!!!!!!!!!!!!

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