La determinación del desarrollo o del atraso de una sociedad depende en buena medida de los recursos para abastecerse. Todos los recursos naturales con que contamos tienen un límite, es decir, tarde o temprano, los minerales se acaban, el petróleo será más difícil de encontrar, los árboles cuando se talan no vuelven a crecer por sí solos, el agua contaminada no se purifica fácilmente, el aire de las ciudades se hace cada vez más impuro.
Esta vez, y gracias a un nivel de producción industrial nunca visto hasta ahora, la realidad es contundente: los recursos se terminan y los patrones de consumo nos llevan a producir cada vez más residuos de todo tipo y tenor; pero hay otra cuestión: ¿podemos realmente "medir" cuánto podemos consumir hoy y cuánto podremos consumir mañana? En pleno siglo XXI, y luego del colapso financiero mundial, debemos replantarnos nuevamente los principios económicos que han desvalorizado al ser humano en cuanto ser espiritual, esto es, ser sujeto y no sólo objetos del consumo.
La visión orgánica del Padre Kentenich, fundador del movimiento apostólico de Schoenstatt, atiende el conjunto de esta realidad actual. Él sostiene la valoración de los vínculos entre los principios teóricos y la realidad. Nos habla de ser piedras peregrinas, ser personas con valores vividos y mantener la percepción de los cambios constantes que se producen cada vez con mayor rapidez. Esas piedras no son “algo” sino “alguien” con un contenido y un vínculo. La carencia de vínculos nos vuelve interiormente vacíos, a diferencia de la confianza y la transparencia que surgen de la capacidad para desarrollarnos en un ámbito basado en este nuevo capital. Las personas, esas piedras peregrinas de las que habla el Padre Kentenich, trabajan para mantener o mejorar su calidad de vida, siempre y cuando el consumismo basado en una falsa idea de desarrollo, no desvirtúe la vida humana.
“Los cambios que se han producido son, en efecto, notables y de diversa índole. Se trata, ante todo, del rápido desarrollo demográfico. Muchos manifiestan el temor de que la población mundial aumente más rápidamente que las reservas de que dispone, con creciente angustia para tantas familias y pueblos en vías de desarrollo, siendo grande la tentación de las autoridades de oponer a este peligro medidas radicales. Además, las condiciones de trabajo y de habitación y las múltiples exigencias que van aumentando en el campo económico y en el de la educación, con frecuencia hacen hoy difícil el mantenimiento adecuado de un número elevado de hijos.”(*)
(*)“Humanae Vitae”. Carta encíclica de S.S. PAULO VI. 25 de julio de 1968.
Arq. Nancy Mc Kay
Profesora de Economía Ambiental
Universidad del Salvador y la Universidad del Museo Social Argentino
Nancy Mac Kay, “Economía global y la visión del P. Kentenich”, Prensa Cristiana Digital 15 (2009), p. 4
Con relacion a este tema, que nos compete a todos
ResponderEliminarpor igual, les cuento que aqui en Py. se esta
llevando a cabo un "operativo" promovido por uno
de los hombres mas famosos en direccion de Radio Y TV. Humberto Rubin. Llamado: "A TODO PULMON"
Py.respira. Con un exito asombroso. Comprometien-
dose empresas, comercios, industrias y la pobla-
cion en general. Digno de imitar, verdad...?
Perdon, pero anoche me di cuenta que omiti lo mas importante en el Comentario anterior y es que
ResponderEliminarel operativo se trata de la "Plantacion de Arbo-
les" lo que esta siendo exitoso!!! La impresion que me dio al releerlo, es como que los lectores
debian ser adivinos. Perdon...Perdon.