"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

26 de agosto de 2010

¡Se termina la mentira de los ladrones de pobres! ¡Esa no es la Iglesia de Jesucristo!

Testimonio de un hermano evangélico:

Dios permita que estas palabras a continuación nos hagan reflexionar sobre lo que está sucediendo en medio de la iglesia cristiana en este tiempo. Si alguna persona se siente ofendida, por oír la verdad, ante la cual muchos prefieren hacerse ciegos, sólo le pido a Dios que le traiga convicción en su corazón. Esta verdad tiene que decirse. Porque si los cristianos callamos, ¿quién hablará?, si los ministros no lo dicen, ¿quién hablará?


Y hablando de ministros, la palabra “ministro” quiere decir uno que sirve a la Iglesia, nunca, uno que es servido. Y la iglesia es una asamblea, una unión de miembros, el cuerpo de Cristo. La Iglesia no es un centro de negocios, no es una discoteca, no es un lugar de entretenimiento, no es una empresa, no es la plataforma hacia la fama.

La Iglesia es donde viene el que está golpeado, el herido, el despreciado y el rechazado. La Biblia nos enseña que cuando alguien se hacía famoso era porque estaba dando la vida por el ministerio. La fama no venía por los títulos que esa persona llevaba, porque lo mismo es para Dios usar a un apóstol que a un nuevo convertido. Hoy día, los títulos son tan grandes que en lugar de ministros tenemos a jefes de estado. Es cierto que somos hijos del Rey, que somos embajadores, y que somos miembros del reino, pero el ejemplo del Rey de reyes fue nacer en un pesebre y limpiar los pies a sus estudiantes. Hoy somos tan grandes, que se nos ha olvidado todo el concepto de la palabra humildad.

Hoy en lugar de servir, tenemos que andar rodeados de sirvientes. El mercado de cantantes cristianos se ha hecho más comercial que el del mundo. Cantantes que nunca hubieran vendido más de dos discos en el mundo, en las iglesias se están haciendo ricos. Y evangelistas y pastores que el mundo jamás los hubiera invitado a dar un discurso, están engrosando sus cuentas bancarias en el nombre de Jesús. Cuando son invitados a participar en una actividad, primero preguntan cuántas personas van a ir y luego dicen: estos son mis requisitos. Ni siquiera preguntan a Dios si deben de ir o no. Sus respuestas están basadas en dinero y fama.

Cantan y predican que no quieren fama, pero después hacen hasta lo imposible por tenerla. Cuando se les paga lo que piden, van sin consultar a Dios. Además, si el pago es grande, dicen que fue Dios quien abrió la puerta. Las exigencias para ser contratados ya no son disimuladas como en otro tiempo. Ya dicen lo que cobran y lo que exigen. Los pastores en su impotencia de atraer gente a la congregación local, los contratan con la esperanza de que llenen la iglesia, que traigan un avivamiento, pero el problema es, que a éstos no los trae el Espíritu, vienen en la carne y sólo puede producir cosas de la carne. Al final decimos: fue tremendo, pero ¿dónde están los corazones arrepentidos y cambiados por el Espíritu de Dios para toda una vida?, ¿dónde está el avivamiento de esa conversión que lo entrega todo, que se rinde por completo al Dios de la Gloria?

Me da vergüenza, cuando leo a través de los diferentes medios, los requisitos de éstos llamados salmistas y evangelistas. Pago asegurado, sin contar lo vendido en materiales. Boletos para viajar en primera clase, pues, ya no viajan en buses, sino, en aviones. Hospedaje, y en hotel de primera. Comidas sólo en Restaurantes. Algunas portadas de discos cristianos son una burda copia de las mundanas, es más, muchos jóvenes de nuestras iglesias, compran un CD, sólo por la pose sensual de los y las salmistas del “Señor” en esas portadas y contra portadas, es asqueroso pero algunos hasta traen póster incluido y hasta te dicen que por la compra de 3 discos te regalan una camiseta, no con el nombre de Jesús, si no con el nombre de la “estrella” cristiana.

Les parecerá burdo o chistoso, pero, ¡hasta dónde hemos caído! Las iglesias se pasan todo el tiempo haciendo retiros, encuentros y congresos, pero los precios de los mismos son exorbitantes. Ya no sólo se procura cubrir gastos, sino que tiene que dejar ganancias. Y decimos que es para Dios.

¡El Cristo que yo conozco no es así!

Mi Cristo comía con las viudas, conversaba con el necesitado, y no exigía nada a cambio, porque el no vino a que le dieran, el vino a dar, y dar hasta su vida.


El Pablo de la Biblia, y el Pedro de la Biblia, no exigían comidas especiales, ni hospedaje, ni transporte especial, y ninguno de los ministros de hoy día es más grande que estos dos hombres. Por otra parte la Palabra dice que el obrero es digno de su salario. Y yo he visto abusos de los pastores. Algo tiene que estar mal en muchas de estas iglesias modernas. Pastores que se llenan la boca diciendo que el pueblo es maldito si no diezma, pero ellos no diezman a nadie. Y cuando ofrendan, dan una ofrenda de pobreza al cantante cristiano, o predicador invitado y se quedan con el dinero de la ofrenda que se recolectó. Esto, además de ser vergonzoso, es un robo.

Se sabe que los predicadores del pasado no eran muy famosos, casi a ninguno se le decía doctor, hablaban con gramática un poco fuera de lugar, pero la unción del Santo fluía por sus vidas. No había que estar diciendo griten ni salten, porque el poder de Dios se manifestaba no por psicología, sino por la Gloria de Jehová.

Basta ya de vender los ministerios, el manto quien lo pone es Dios y el hombre sólo lo reconoce. Basta ya de darle tanto crédito al hombre, de exaltar tanto al hombre, ¡basta ya!

!Volvamos al camino olvidado, volvamos al principio, a aquella iglesia que confiaba y dependía del poder de Dios, no son las palabras bonitas, no son los ritmos de seducción, no son los eventos, no son las danzas, es el poder de Dios, Su Palabra Viva que llega a los corazones!

¡Dios mío, yo no quiero una iglesia de artistas!

Yo no quiero ver a empresarios dirigiendo la obra tuya. Dios mío, no permitas que la farándula cristiana, los personajes de televisión, los empresarios astutos le roben tu gloria a tu iglesia.

TUYO ES EL PODER Y TUYA ES LA GLORIA POR SIEMPRE.

3 comentarios:

  1. Anónimo27.8.10

    Lamentablemente esto lo vivo aqui en Py., donde
    resido desde hace cinco anios. Tengo una hija casada hace 35 anios con un Pastor, reconocido y renombrado en este pais, muy buena persona por cierto, mi hija tremendamente fanatica. El tema es como Catoloica, que he podido comprobar que ser pastor es un negocio, los que eran "soldados
    rasos", hoy son todos pastores hay mas pastores
    que fieles y lo que es mas se especula con la ig-
    norancia de este pueblo guarani. Dejo aqui......
    ETELVINA

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  2. Anónimo31.8.10

    Oro para que Dios también se canse y los deje al descubierto! Oro para que abra las mentes y los corazones de los verdaderos cristianos para que podamos restaurar el Reino tan bastardeado en todas las denominaciones...

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  3. Juan Manuel31.8.10

    La culpa no es de los chanchos sino de los tontitos que les dan la comida... estan confundidos, tienen la "espiritualidad" de los gritos y la histeria colectiva. Lamentablemente hay mucha ignorancia y hay muchos ignorantes que se creen "ungidos de Jehová", estan muy confundidos

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