Mensaje de monseñor Luis Guillermo Eichhorn con motivo del día del catequista
Queridos catequistas:
Celebramos nuevamente el “día del catequista”. Y lo hacemos en ese clima de fiesta, de agradecimiento, por todas las maravillas que el Señor ha hecho, hace y está haciendo entre nosotros. Y de una manera especial, preparar nuestros corazones para la realización del IIIº Congreso Catequístico Nacional, con cuyo lema he querido iniciar este saludo. Ninguno de nosotros pone en duda la importancia de este Congreso por lo que significará para nuestra Iglesia en la Argentina: es un momento fuerte del camino que estamos recorriendo en pos de la renovación de nuestra catequesis, en especial en lo que hace a la catequesis de iniciación cristiana, y a la catequesis permanente de los adultos. El IIIº Congreso, esperamos, marcará rumbos definidos para la catequesis del futuro.
Celebrar el día del catequista es también sentir el llamado a una renovación personal; nunca debemos dejar de preguntarnos si verdaderamente estamos respondiendo a lo que hoy necesita el hombre, la mujer, los niños, jóvenes y ancianos, en este mundo desconcertante y cuestionante. Los obispos de Aparecida no exhortan a una auténtica conversión pastoral, lo cual supone una conversión personal; ¿Cómo debe ser un catequista hoy? ¿Cómo debemos asumir este ministerio a través del cual la Iglesia, como Madre que ha engendrado un hijo, ha de ayudarlo a crecer y madurar en la fe hasta hacerlo un cristiano adulto y comprometido? La figura del catequista iniciador, del catequista que acompaña en el proceso de maduración, está subyacente en todas estas cuestiones. Pidamos el Don del Espíritu: Él conduce la Iglesia y a cada uno de nosotros; dejémonos animar por Él, para que seamos fieles catequistas, discípulos misioneros, como María nuestra madre y primera catequista.
¡Feliz día del catequista! Que el Señor nos colme de bendiciones a nosotros y a nuestra catequesis.
Con afecto, mi saludo cordial a todos.
Mons. Luis Guillermo Eichhorn, obispo de Morón.
Fuente: AICA
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