"El encuentro entre Abram y Melquisedec" por FM Parroquial 105.1

Y Melquisedec, rey de Salem, que era sacerdote de Dios, el Altísimo, hizo traer pan y vino, y bendijo a Abram, diciendo: «¡Bendito sea Abram de parte de Dios, el Altísimo, creador del cielo y de la tierra! ¡Bendito sea Dios, el Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos!». Y Abram le dio el diezmo de todo. (Génesis 14, 18-20).

Esta preciosa lectura será la primera en ser proclamada en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Se ha hecho común en muchos ambientes pastorales interpretar el Génesis de acuerdo a dos extremismos:

1) Considerar que acá no hay ningún mito y por lo tanto se refiere a un relato historiográfico en el cual todo sucedió tal cual leemos superficialmente. Pero al negar el mito, curiosa y paradójicamente, se despiertan otras “mitologías” en las personas que toman un contacto meramente sensible con la Sagrada Escritura sobre la base de “creencia-imaginación”. Esta visión es homogénea y limitada, solo “celestial”.

2) Considerar que acá hay un mito pero que no tienen ningún valor histórico sino que no es otra cosa que una fábula, una mentira que nos han contado para acrecentar el poder eclesiástico. Pero al negar el “logos” en el mito, curiosa y paradójicamente, se despiertan otras “ideas” en las personas que toman un contacto meramente racional con la Sagrada Escritura sobre la base de “entendimiento-inteligencia”. Esta visión es homogénea y limitada, solo “terrenal”.

Podemos observar en este pequeño análisis previo como la razón y el mito se buscan, no soportan estar separados. Por eso, buscaremos con prudencia tratar de acercarnos a la sabiduría de la santidad, al “sensus plenior”, con la ayuda del Espíritu Santo, a pesar de mis limitaciones. En cuanto al mito, es una manera de narración antigua que podemos ubicar como “historia religiosa”, un mito es una forma de describir lo indescriptible.

Existen similitudes de este relato bíblico del Antiguo Testamento, los más importantes son:

1) Sargón de Acad, ambos nombres significan “rey justo” y el nombre de Dios “El-Elyon” (Dios Altísimo) es muy conocido en la cultura ugarítica y fenicia de Siria y Líbano (1)

2) El nombre “El-Elyon” (Dios Altísimo) era una deidad pre-israelita de Jerusalén (2)

3) El hagiógrafo del libro de Hebreos del Nuevo Testamento lo relaciona con Jesucristo (3)

Sobre estos datos debemos criticar que a Sargón de Acad, hijo de una prostituta sagrada y padre desconocido, se lo vincula también con Moisés aunque pudiera existir la doble relación mítica (4). Con respecto al nombre “El-Elyon” es notablemente significativo, ya que Israel pasó del politeísmo al politeísmo monolátrico y luego al monoteísmo estricto, y es casi seguro que “El-Elyon” fuera una de las tantas deidades del antigüo Israel, compuesta de dos nombres de dioses del panteón fenicio que luego se unificaron en la ortodoxia profética.

Melquisedec se presenta en el relato bíblico como rey sacerdote, una figura del sacerdocio postexílico, por tanto heredero de las prerrogativas reales y cabeza del sacerdocio, a quien los descendientes de Abrahán deben pagar el diezmo. Por lo tanto, estamos en presencia de un mito que los propios israelitas tomaron como figura elevada del sacerdocio, institución que luego del exilio en Babilonia tomará el control del país y reescribirá la historia religiosa del pueblo de Israel desde la perspectiva sacerdotal. Desde entonces los sacerdotes serán la institución más importante de Israel hasta los devaluados Anás y Caifás en los tiempos de Jesús y la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 d.C. El profeta Zacarías (primer Zacarías) anuncia también el liderazgo del rey sacerdote (6,11-13) en tiempos del postexilio en la figura de Josué sumo sacerdote con poderes reales.

Resulta interesante y original la cuestión del pan y el vino ya que Melquisedec es el único que presenta sacrificio de esta manera en el Antiguo Testamento. También podemos relacionar la aparición de Melquisedec a Abram con la de los Magos a Jesús (presentando dones).

Por lo tanto, la vinculación que hará la Iglesia de Melquisedec y Jesucristo es mucho más que una mera alegoría conveniente como sostienen algunos exégetas, una especie de olvido que el autor de Hebreos aprovechó para instalar un nuevo tema en la Iglesia primitiva: Jesús Sacerdote. Al contrario, podemos apreciar que esta cuestión de Melquisedec fue tan importante para los sacerdotes israelitas como lo será para los cristianos. Lo testimonia otra Escritura: Salmo 110,4.

Entonces, el sacerdocio cristiano es nuevo e inaugurado por Cristo pero también continúa aquella misión de conciliar a Dios con los hombres, necesidad de todos los tiempos (5) y lo comprueba la doble bendición sacerdotal, en dirección a Abram (hombre) y en dirección a El-Elyon (Dios), completando el círculo virtuoso del culto sacerdotal.

Vaya este pequeño estudio como un aporte a la celebración del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo que Él mismo ofreció en la Cruz para reconciliarnos con el Altísimo y hacerlo cercano y Presente a nosotros. ¡Mito y Logos se han encontrado! ¡Aleluya! (PCD).

(1) Comentario Bíblico Internacional. Editorial Verbo Divino. Navarra, España 2005. 4ta. Edición p. 344

(2) Ibidem. p.344

(3) cf. Hebreos 5,6-10; 7,1-28

(4) ANET, 119 en Luis Heriberto Rivas, Los libros y la historia de la Biblia. San Benito 1ª edición p. 49

(5) Denzinger 3751; DZ 2274

Publicado por Prensa Cristiana Digital No. 27 junio 2010

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