En Egipto se debate si la "sharia", la ley islámica, "vino directamente de Dios" o ha sido interpretada y reelaborada por seres humanos

"Lo qué está pasando estos días en la plaza Tahrir refleja la situación del país", dice a la Agencia Fides el p. Luciano Verdoscia, misionero comboniano que trabaja en El Cairo, donde ayer, 27 de enero se han producido enfrentamientos entre los manifestantes laicos y los seguidores de los Hermanos Musulmanes durante las manifestaciones con motivo del primer aniversario de la revolución que llevó al derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
"Por un lado - dice el misionero - tenemos una situación que se está estabilizando, con la votación para la Cámara de Diputados, que ha visto el apoyo de los partidos confesionales (los Hermanos Musulmanes y los salafistas), por el otro hay una clase intelectual y de otras fuerzas laicas que han promovido la revolución, que han aprovechado el aniversario para reafirmar sus principios: laicidad del Estado, el respeto de los derechos humanos y poner fin a la interferencia de los militares en la vida política".

"Esta dicotomía también se observa en las encuestas publicadas por los periódicos, que muestran como el 30% de los encuestados quiere continuar las manifestaciones durante la semana que viene, mientras que el 70% dice lo contrario", continúa el P. Luciano. "En este 30% que quiere un estado laico, verdadera democracia y derechos humanos, no  sólo hay cristianos sino también algunos musulmanes que no quieren un control religioso de la sociedad", añade el misionero.

"Por otro lado, el término democracia ha entrado en el debate político y social. El problema es entender lo que significa. Por un lado están aquellos que dicen que la ley islámica, la sharia, garantiza la democracia y los derechos humanos, ya que "viene directamente de Dios", otros dicen que la sharia sí que es una revelación divina pero que ha sido interpretada por varias escuelas de jurídicas y por lo tanto se trata de una elaboración humana, y por lo tanto puede ser objeto de ulteriores interpretaciones y elaboraciones", dice el P. Luciano.

"Otra exigencia que nace de las manifestaciones de estos días es la de poner fin al poder del Consejo Militar. Algunos piden el nombramiento de un Jefe interino del Estado que asuma el poder que aún está en manos de los militares, hasta la elección de un nuevo presidente".

"En resumen, un año después de la revolución, la situación en Egipto todavía está en movimiento. Los Hermanos Musulmanes que se están preparando para gobernar el país están mostrando señales de apertura con el exterior, también para revitalizar la economía, pero el proceso de estabilización será largo", concluye el padre Luciano.

Fuente: Agencia Fides