"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

15 de diciembre de 2011

¿Qué es la Navidad? ¿Qué celebramos?



Mensaje de Navidad 2011 de los obispos de la Región Patagonia-Comahue
Queridos hermanos y hermanas:

Como todos los años queremos compartir con todos Uds. la preparación de la fiesta de Navidad.
 

INTRODUCCIÓN

Regalos, papá Noel, “arbolito de Navidad”, vidrieras llenas de ofertas, preocupación por “la mesa navideña”,.. son temas frecuentes de nuestras conversaciones en este tiempo de Navidad
 
Pero, ¿Qué es Navidad? ¿Qué celebramos?
 
La respuesta es simple, y la encontramos fijando nuestra mirada en el pesebre. Navidad es la celebración anual del nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios y de María. Es la renovación anual del amor de Dios Padre para toda la humanidad: “Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna” (Jn. 3,16) Y Jesús vino para que “tengamos vida y vida en abundancia” (Jn. 10,10)
 
Es por eso que queremos reflexionar con Uds. sobre dos realidades que brotan de la Navidad: la fe y la vida.
 
1. LA FE EN DIOS
 
Con el Salmista decimos: “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente” (Sal. 42,3). Hoy esto sigue siendo real. El hombre contemporáneo siente necesidad de conocer más a Dios. Dios no ha desaparecido, ni ha muerto. Está presente en nuestras conversaciones (“Si Dios quiere”), en nuestros momentos de alegría (“Gracias a Dios”) o de dolor (“Dios, ayúdame”). Dios está presente entre nosotros. Somos un pueblo creyente.
 
La sed indica la necesidad de un elemento, el agua, esencial para la vida. Cuando alguien tiene sed no puede hacer nada, siente que le falta algo que tiene que encontrar y tomar. Se afirma que si hubiera una nueva guerra mundial, sería por tener agua.
 
Todos tenemos sed, no sólo de agua, sino de Dios, de un ser trascendente que calme nuestras ansiedades, nuestra búsqueda de felicidad, nuestro deseo de eternidad, que dé el verdadero sentido a la vida.
 
En esta Navidad reconocemos abiertamente que tenemos “sed de Dios” y que necesitamos recibirlo en ese niño “envuelto en pañales” nacido en Belén.
 
2. LA VIDA
 
El Dios que nos presenta la Navidad es el Dios de la Vida. Nos dice el profeta Isaías en la Nochebuena: “les ha nacido un niño” (Is. 9,5). Cuando en una familia nace un nuevo miembro, todos están contentos, felices y la vida se renueva en cada uno. Y al mismo tiempo nace el compromiso de cuidarla, protegerla, ayudarla a que se desarrolle.
 
Pero debemos reconocer, con gran preocupación, que en nuestra sociedad no siempre se permite a un niño nacer, y que no siempre se procura que la vida de los que han nacido sea plena y total.
 
El aborto, la violencia familiar, la pobreza, la falta de una vivienda digna, de una educación de calidad para todos, de una salud pública eficaz: son otros tantos elementos que impiden el nacimiento y el desarrollo de una vida verdaderamente humana.
 
3. NUESTRA RESPONSABILIDAD DE BAUTIZADOS
 
En esta Navidad con el apóstol Pablo decimos “Bendito sea Dios Padre que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes” (Ef.1,3). Bendición que hacemos propia por medio del Bautismo.

En el Bautismo, Dios Padre nos ha donado su vida, nos ha hecho hijos suyos y nosotros lo hemos reconocido y crecemos reconociéndolo como Padre nuestro.
 
Este ser hijos de Dios es nuestro compromiso de vida, es como nuestro ADN y comporta nuestra actitud de servicio a la vida, a la familia de los hijos de Dios (la Iglesia) y a toda la sociedad. La misma actitud que tuvo Jesús y que les enseñó a los Apóstoles a tener.
 
No podemos quedarnos con los brazos cruzados, sin hacer nada. Al contrario, estamos todos invitados a desarrollar los dones que Dios nos ha dado para el bien de todos: “Hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno el Espíritu se manifiesta para el bien común” (1 Cor. 12,4-7).
 
Es lo que la Navidad nos recuerda con fuerza. Dios llamó:
- A María a ser la madre de Jesús,
- A José a ser el hombre de esa particular familia,
- A los pastores a ser los primeros en conocer el don del amor de Dios y a comunicarlo
- A los Ángeles a proclamar la alabanza festiva
- A los ancianos Simeón y Ana a atestiguar que en el Niño Jesús se cumple la promesa dada por Dios al pueblo de la Antigua Alianza.
 
CONCLUSIÓN
 
La Navidad demuestra claramente que Dios confía plenamente en nosotros hasta enviarnos a su mismo Hijo a vivir con nosotros. “¿Cuál es nuestra respuesta?” ¿Nosotros le respondemos con nuestra fe en ÉL y nuestra vida cristiana? ¡Feliz Navidad y abundantes bendiciones para el 2012! Este Dios que nos bendice, espera que cada uno sea bendición suya para los demás.
 
Diciembre del 2011
 
Virginio D. Bressanelli, scj (Obispo de Neuquén) Marcelo A. Cuenca (Obispo de Alto Valle del Río Negro), Miguel Ángel D’Annibale (Obispo Auxiliar de Río Gallegos), Joaquín Gimeno Lahoz (Obispo de Comodoro Rivadavia) Esteban M. Laxague, sdb (Obispo de Viedma) Fernando C. Maletti (Obispo de San Carlos de Bariloche) Juan C. Romanín, sdb (Obispo de Río Gallegos) José Slaby, C.Ss.R. (Obispo de la Prelatura de Esquel) Miguel E. Hesayne (Obispo emérito de Viedma) Marcelo A. Melani, sdb (Obispo emérito de Neuquén) Néstor H. Navarro y José Pedro Pozzi, sdb (Obispos eméritos de Alto Valle del R. N.)
 
Fuente: AICA

1 comentario:

  1. Anónimo16.12.11

    La Navidad es el cumpleanios de Jesus. De mi parte el mayor de los agradecimientos a los Obispos de la Patagonia y el Comahue, por desearnos tan FELICES NAVIDADES, en especial a Mons.Hesayne, gran luchador y hombre de Fe, para transmitir la Palabra de Dios como decia Pablo a
    Tiempo y a destiempo....! Felicitaciones que retribuyo llena de bendiciones.!
    ETELVINA

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