"La lucha continúa. Esta mañana hemos escuchado por lo menos 500 disparos de armas de fuego y la gente dice que hay francotiradores en los tejados de la plaza Tahrir "dice a la Agencia Fides una fuente local de El Cairo, teatro desde hace días de un duro enfrentamiento entre los manifestantes, la policía y los militares, (que por razones de seguridad no desea ser citado). "La batalla ha perdido el espíritu original de la revolución, se ha convertido en una confrontación con el poder. El apoyo popular para la gente joven ha desaparecido. Poco a poco el país está volviendo a las viejas formas donde la fuerza prevalece sobre la razón", dijo la fuente de Fides.
"El hecho de que algunos jóvenes han aparecido en la televisión confesando haber sido pagados para quemar el Instituto de Egipto (donde valiosos documentos fueron destruidos) recuerda los métodos del régimen de Mubarak. La gente es presa fácil de la retórica similar", señala nuestro interlocutor.
La fuente de Fides añade que "las fuerzas armadas tienen la intención de actuar como garantes del gobierno, una especie de 'Hermano Mayor', para proteger a su hermano menor, con la obtención de espacios exclusivos de poder y privilegio, pero no quieren gobernar el país en primera persona".
"A su vez, los Hermanos Musulmanes (que son los principales en las elecciones parlamentarias) se enfrentan a un reto formidable, porque la economía va a decidir el éxito o fracaso futuro de sus propuestas políticas. La economía, sin embargo, requiere de negociaciones, basta pensar en el turismo: si se desea atraer a los turistas occidentales, no tienen por qué ser demasiado duros en las costumbres sociales. Luego está el riesgo de que un país tan importante para el mundo árabe, como Egipto, entre en la órbita de los países del Golfo Pérsico".
"Incluso la Hermandad Musulmana - continúa nuestra fuente - son cuestionados por los salafistas, que son financiados por Arabia Saudita, pero se les prohíbe a los mismos países del Golfo. Entre los salafistas, hay varias sospechas en Egipto. En primer lugar los votos que han recogido son muy sospechosos. Algunos dicen que los miembros del antiguo partido de Mubarak tiene un gran interés en exagerar la percepción de la amenaza de los extremistas para luego volver a aparecer como el único baluarte contra ellos. Recordemos que cuando hacían saltar las iglesias esto favorecía a Mubarak, el país se encogía alrededor de él para evitar caer en el caos. Más grande es la amenaza, más la gente quiere un gobierno fuerte, que reprima incluso con métodos brutal para garantizar el orden", dice nuestra fuente.
"En conclusión, los jóvenes de la plaza Tahrir representan la parte de Egipto que está más cerca de los valores y la cultura occidental. Disfrutaron por un momento del apoyo popular que ahora, sin embargo, parece han perdido", dijo la fuente de Fides.
Fuente: Agencia Fides
Nada se soluciona por la fuerza, pero Egipto no parece entenderlo...!
ResponderEliminarETELVINA