La Arquidiócesis de México a través de su Arzobispo, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, condenó el ataque cobarde que se llevó a cabo en la ciudad de Monterrey, en Nuevo León, que se ha cobrado más de 50 vidas. "Son personas inocentes de la sociedad civil que se unen a la gran cantidad de víctimas de la crueldad y la saña del crimen organizado, que como un látigo castigar a nuestro pobre país", se lee en la declaración sobre la tragedia, de la cual se ha enviado una copia a la Agencia Fides. Según la prensa local, por lo menos 53 personas murieron en el incendio encendido por hombres armados en un casino de Monterrey, en el norte de México.
La Iglesia en varias ocasiones ha levantado su voz contra la violencia que afecta a México y las continuas amenazas de grupos armados. Hace unos días, la arquidiócesis ya había denunciado, en un editorial del semanario "Desde La Fe", la situación de muchos sacerdotes de todo el país: "Hay muchos sacerdotes en México que viven bajo la constante amenaza del narcotráfico, debido a su trabajo dentro de las organizaciones que defienden los derechos humanos o para denunciar los abusos y los crímenes de los narcotraficantes. Indignación en particular, en junio de 2009, ha provocado el asesinato de un sacerdote católico y dos seminaristas mientras salían de una iglesia en el sur de México. Se habían atrevido a denunciar la violencia contra los fieles por un grupo de narcotraficantes. El clero está más expuesto en las zonas rurales, donde los traficantes actúan y el Estado no consigue hacer respetar la ley. Según Manuel Corral, secretario de relaciones públicas de la Conferencia Episcopal Mexicana, por lo menos mil de los quince mil sacerdotes en México han sido amenazados indirectamente, o al menos trescientos directamente".
La declaración, publicada ayer, también condena el asesinato del periodista Humberto Millán Salazar, en la ciudad de Culiacán, en Sinaloa, y pide a todos los fieles a orar por aquellos que han muerto a causa de la violencia. Al mismo tiempo, exhorta a comprometerse para comenzar a vivir en la justicia y la paz, tan deseada por el país.
Fuente: Agencia Fides
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