Vuelve de nuevo el miedo para los turistas y misioneros en el sur de Filipinas La noticia del secuestro de dos turistas estadounidenses de vacaciones en la isla de Tictabon, frente a las costas de la ciudad de Zamboanga (en el extremo sur de la isla de Mindanao), ha revivido en los últimos años un fenómeno que también ha contado con la participación de los misioneros, como el padre Giancarlo Bossi (PIME). Los rehenes que están ahora en manos de los secuestradores son Gerfa Yeatts Lunsmann, una mujer estadounidense de 50 años originaria de Filipinas, su hijo Kevin, de 14 años, y un sobrino de Filipinas, Romnick Jakaria, de 19 años. Fueron tomados hoy por una docena de hombres armados llegados a la isla en barco.
"El negocio del secuestro, que se convierte en una forma real de la financiación de terroristas y grupos criminales, nunca se ha detenido en el sur de Filipinas", señala a Fides el padre Paolo Nicelli, PIME, estudioso de los islámicos y misionero que ha vivido mucho tiempo en las Filipinas, acababa de regresar a Italia después de un viaje a la ciudad de Zamboanga. "Pequeñas bandas criminales secuestran a turistas u hombres de negocios y luego venden los rehenes a otros grupos para convertirlos en una fuente de ingresos. Si los rehenes llegan a las manos de Abu Sayyaf ", el tema se convierte en política y asume otros límites", dijo el misionero a Fides.
"Durante los últimos seis meses hubo al menos 11 casos en Zamboanga," donde todavía se siente la tensión. El padre Nicelli se refiere al conflicto en el sur de Filipinas entre los grupos rebeldes y el gobierno musulmán, que aún debe llegar a un acuerdo de paz estable.
"Hay que distinguir - recuerda el padre Nicelli - entre los grupos terroristas, oficialmente fuera de la ley, tales como Abu Sayyaf y grupos rebeldes como el MILF (Frente Moro de Liberación Islámica) que durante años han estado negociando con el gobierno". Tras el fracaso de la propuesta de acuerdo de 2008 - considerado inconstitucional - el proceso de paz "debe recomenzar, aunque hay mucha frustración en la población, musulmana y no musulmana, de Mindanao", dice. "Las propuestas son positivas - gracias al nuevo gobierno de Aquino -, pero se deben aclarar los puntos claves: los grupos musulmanes no deben referirse a las instituciones históricas como los sultanes, deben aceptar una autonomía regional, y no exigir más, respetando los intereses de la población no musulmana, es decir, los cristianos y los indígenas."
Fuente: Agencia Fides
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