“El hombre, el rostro, el misterio”, es el título de la exposición presentada hoy en los Museos Vaticanos y que se inaugurará en los Museos de Estado de la República de San Marino el próximo 20 de agosto. Intervinieron en el acto el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci; Romeo Morri, secretario de Cultura e Instrucción de la República de San Marino; Sante Canducci, embajador de la República de San Marino ante la Santa Sede y el historiador del arte Giovanni Gentili, responsable de la exposición.
Todas las obras de la muestra, organizada en continuidad con la visita del Santo Padre a San Marino, proceden de los Museos Vaticanos y “documentan cómo los artistas, desde los griegos y romanos, hasta los contemporáneos han representado las facciones de hombres y mujeres, intentando revelar a través del rostro también el ánimo que constituye, junto a los rasgos somáticos, la identidad de cada uno”. Este intento, explica el comunicado de presentación de la iniciativa, “se caracteriza, en el retrato, por la imitación de modelos -ya sean los dioses o héroes de la edad clásica- hasta un momento crucial de la historia cuando se encuentra el “modelo” por excelencia: Cristo que revela, con su rostro, el rostro del Padre, el Dios creador. A partir de entonces, el drama del ser humano, como documentan también las artes figurativas, se centra en la aceptación o el rechazo de ese reconocimiento”.
El Departamento de Antigüedades Clásicas de los Museos Vaticanos aporta a la muestra obras maestras como la célebre “Cabeza de Atenea”, original griego del siglo V a.d.C., o el famoso “Busto de Antinoo”, procedente de Villa Adriana, sin olvidar el “Retrato de Claudia Semne en veste de Venus”, del siglo II. El Departamento de Antigüedades Etrusco-Itálicas hace lo propio con dos extraordinarias cabezas de terracota, una masculina, la otra femenina, del siglo III a.d.C. Proceden del Departamento de Arte Paleocristiana los “Retratos de Flavio Juliano y de su mujer Simplicia Rustica”, realizados en mosaico en el siglo IV, mientras el “Retrato palmireño de dama”, que perteneció al crítico de arte Federico Zeri, viene del Departamento de Antigüedades Orientales.
Completan la panorámica del ser humano en la edad clásica el “Busto de Trajano” en calcedonio y alabastro y los “Retratos de Pedro y Pablo”, considerados entre los más antiguos del mundo y fechados en el siglo V; todos pertenecientes al Departamento de Artes Decorativas. Muy vasta también es la aportación del Departamento de Arte Medieval, en la que destaca la pintura del “Cristo que bendice” (siglo XII) y el mosaico del “Retrato de San Lucas”, que decoraba la fachada de la basílica vaticana en la Edad Media. Entre las obras maestras de la pintura y la escultura de la Edad Moderna se encuentran diversas telas de Guercino y Guido Reni, así como el “Retrato de hombre” de Gian Lorenzo Bernini.
A la “Santa Faz” está dedicada la última parte de la muestra. Junto a la copia del Seiscientos de la imagen -imposible de trasladar- del “Cristo acheropita” del “Sancta Santorum” en el Laterano, se exponen entre otras, la tela de la “Verónica”, de la Sacristía Pontificia, inaccesible al público y la única imagen que reproduce la reliquia venerada en el Vaticano y perdida en el Saco de Roma y la “Sainte Face” de George Rouault. Con los protagonistas del Novecientos como Fausto Pirandello, Francesco Messina o Graham Sutherland termina el recorrido de la exposición.
Fuente: VIS - Vatican Information Service
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