Digámoslo de entrada: ningún sacerdote puede negarle la comunión a un chico discapacitado si este recibió una catequesis acorde con su discapacidad. El criterio de la Iglesia es claro en este sentido. Lo contrario sería caer en una grave contradicción respecto de la doctrina cristiana. Es que, como dice el Directorio General de Catequesis de la Congregación para el Clero del Vaticano, “toda comunidad cristiana considera como predilectos del Señor a aquellos que, particularmente entre los más pequeños, sufren alguna deficiencia física o mental u otra forma de privación”.
El imperativo doctrinal –en el marco de una creciente conciencia social en general y entre los católicos en particular de la importancia de trabajar por la integración de los discapacitados –resulta favorecido –como apunta el directorio– por “los innegables progresos de la pedagogía especial, que ha conseguido que la familia y otros ámbitos educativos puedan ofrecer a esas personas una catequesis apropiada”. Claro que para ello, como dice el padre Osvaldo Nápoli, acaso el principal experto del país en el tema, el catequista debe estar especialmente formado.
Textocompleto:
Si la nena fue admitida en la Catequesis y la completó es una vergüenza negarle la Eucaristía.
ResponderEliminarLa deficiente, no seria la Catequista...?
ResponderEliminarEtelvina