La epidemia de cólera que afecta a barrios enteros de la isla caribeña continua siendo un motivo de alarma en la República Dominicana. El Arzobispo de Santo Domingo, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez ha lanzado un llamamiento a todas las iglesias, a la sociedad civil y al Gobierno para que emprendan una campaña nacional para frenar esta epidemia de cólera que está causando cienos de muertos. El cardenal ha afirmado que "si queremos un país sano, todos los sectores deben luchar por su salud". En otro contexto, el purpurado ha subrayado que el desorden social es la principal causa de la violencia que afecta al país y ha hecho hincapié en la necesidad de unidad entre todos los sectores, incluidas las iglesias, para promover la educación, a partir de las familias, con el objetivo de reducir este flagelo.
Según el periódico local Diario Libre los focos de la epidemia están en el Distrito Nacional, las provincias Santo Domingo, Elías Piña, San Pedro de Macorís, así como en los municipios El Cercado, de San Juan de la Maguana y La Canela, de Santiago, y entre los más vulnerables y pobres como La Ciénega, Los Guandules, La Puya, La Barquita, Gualey, Sabana Perdida, Capotillo, y María Auxiliadora. La enfermedad no deja tregua a pesar de que se han ampliado las medidas de prevención. Los niños y los ancianos son una vez más, los más propensos a la infección. La bacteria se ha extendido desde Haití a la República Dominicana, donde se ha convertido en una epidemia, cobrándose la vida de 5.234 personas. Debido a las malas condiciones higiénicas en las que vive la población de estos países, se presume que el cólera puede durar muchos años, también por culpa del poco control realizado por las autoridades.
El temor a los contagios sigue aumentando, aunque el Ministerio de Salud local ha incrementado el diagnóstico y el tratamiento, habilitando centros de salud para la rehidratación oral. Aunque no todos los casos con una diagnosis de diarrea pueden ser cólera, sino amebas u otras bacterias o virus, las aguas residuales causan la dispersión de las heces contaminando el ambiente. Cada vez que llueve cientos de casas se inundan con agua sucia.
En varios distritos de la capital se han creado centros de acogida para las personas infectadas o sospechosas de infección. Los pacientes siguen aumentando, solamente ayer fueron ingresados en el hospital de la capital Luis Eduardo Aybar 26 personas, de las cuales 10 eran niños de entre 1 y 11 años de edad. Además de otros nueve ingresos en el Francisco Moscoso Puello, seis en el Santo Socorro, siete en la clínica de maternidad San Lorenzo de Los Mina y 28 casos sospechosos de niños, así como 16 en el centro médico Marcelino Vélez.
Fuente: Agencia Fides
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