El obispo Virginio Bressanelli bregó ayer por justicia para las familias que padecen angustia por los casos de investigaciones judiciales irresueltas; y una mayor contemplación para con los feriantes neuquinos, para que las decisiones adoptadas no afecten "el trabajo honesto de los humildes". Sin mencionarlo en forma directa, también se refirió al conflicto salarial estatal. Miles de fieles participaron ayer de la tradicional peregrinación a la Virgen de Luján, que finalizó con una misa a cargo del obispo. A diferencia de las homilías de otros años, Bressanelli enumeró con detalle aspectos de la actualidad que consideró injustos y que dijo que merecieron su intervención "como pastor". Al término del sermón dominical hubo un cerrado aplauso en la plaza colmada de fieles, que luego continuaron con los ritos de cánticos y comunión en la plaza al término de la misa.
Con el lema "María: enséñanos a trabajar por la Justicia", la misa abundó en pasajes del libro de Santiago, que el obispo interpretó y dijo de la lectura que "nadie puede especular sobre el salario de los demás, la defensa de la vida pasa por respetar el salario de los demás y es un planteo que nos hace hoy Santiago (apóstol)". Advirtió a los feligreses que "en la realidad de Neuquén" se debía trabajar por la justicia para una sociedad distinta y describió a quienes "sufren por falta de trabajo" y viven "situaciones de violencia y de inseguridad". Reclamó por "aquellas muertes que no están aclaradas" y enumeró los casos de Jorge Oyarzún, Diego Peralta, Micaela Barra, Leopoldo Silva y Eloísa Burgos. Recordó que cerca de 19 jóvenes habían muerto en el oeste neuquino este año por "algún problema debido a las adicciones y la droga" y dijo que "tenemos que hacer algo para que esto no se de", en tanto planteó que "nadie tiene la llave mágica, pero todos tenemos posibilidad de colaborar: la iglesia, el gobierno y las instituciones para que se haga algo".
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