Hace poco más de 20 días, el sacerdote Benjamín Stochetti (75) recibió una paliza que lo mandó directo a una sala de terapia intensiva . Las únicas huellas visibles que le quedan de ese ataque son algunos moretones en la cara y la reja que decidió poner en la puerta lateral de su iglesia del barrio Don Bosco, en Quilmes, donde hoy está de vuelta y dice querer quedarse. La puerta que enrejó al volver fue la misma por la que entró el joven que lo golpeó y le robó el domingo 2 de septiembre.
No es el portón más grande por donde la gente entra y sale de misa, sino otra abertura pequeña por donde atiende asuntos más terrenales: es la puerta que golpearía un cartero, la que usan los vecinos que vienen a consultar sobre alguna actividad, los periodistas que vienen a hacerle una entrevista o un policía que le trae una citación judicial para una rueda de reconocimiento. El padre Stochetti es neuquino y cuenta que nació “al pie de la Cordillera del Viento”, en medio del campo.
Texto completo:
Sigamos pensando que no hay inseguridad, "que es
ResponderEliminarsolo una sensacion" y asi nos va...!
ETELVINA