La inseguridad alimentaria y la inestabilidad política, las enfermedades, el abuso y la violencia se han convertido desde hace ya algunos meses, en parte de la vida de la población de muchos países africanos. Las divisiones culturales, religiosas, étnicas y los conflictos por el control han hecho de este continente un lugar de disturbios violentos. Malí es uno de esos países, donde la guerra sigue afectando a más de 150 niños reclutados como soldados por los grupos armados.
Según las estimaciones de la ONU, desde el mes de marzo resultan reclutados más de 175 menores de entre 12 y 18 años de edad y 8 niñas han sido víctimas de abusos sexuales por parte de grupos armados. Muchos niños mueren asesinados y otros muchos quedan mutilados de brazos y piernas a causa de los explosivos utilizados. Malí no está gobernado oficialmente por nadie y la guerra ha contribuido a dividir aún más al país, causando graves consecuencias sobre todo a los niños. Esto también promueve la proliferación de enfermedades como el cólera. Muchos niños no tienen nada para comer, 560.000 están en riesgo de desnutrición aguda y muchos de ellos corren peligro de muerte.
Fuente: Agencia Fides
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