La Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo han instado al gobierno de Bolivia y a la policía, cuyos agentes se están manifestando desde hace unos días para pedir un aumento de sueldo, a hablar sin tomar posiciones radicales, para evitar la violencia. El Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), Su Exc. Mons. Oscar Aparicio, en nombre de la Iglesia ha lanzado un "llamamiento urgente para establecer lo antes posible, un diálogo abierto y responsable para evitar la violencia que tendría consecuencias desagradables" . "Por otra parte, ninguna pretensión, por legítima que sea, debe dejar a la gente indefensa", ha dicho Mons. Aparicio en un comunicado enviado a la prensa internacional y a la Agencia Fides, en referencia a la medida tomada por la policía de no ir a patrullar las calles, pidiendo salarios más altos.
Mientras tanto, la Defensoría del Pueblo, ha declarado: "Estamos preocupados por la situación de impotencia en la que se encuentra la población, en la ausencia de protección por parte de la policía. Hacemos un llamamiento a ambas partes para que busquen una solución en el marco del diálogo y la paz, evitando posiciones radicales e intransigentes que impiden soluciones y acuerdos pacíficos".
Sargentos, cabos y policías se han levantado en unas 20 unidades y centros de mando de todo el país, e incluso han saqueado sus propias oficinas, una Dirección de Intelligence y el Tribunal disciplinar, a una manzana del palacio presidencial de La Paz .
Según los datos enviados a la Agencia Fides, los rebeldes exigen un salario mínimo de 2.000 bolivianos (unos 287 dolares), la jubilación con el 100% de su salario y la anulación de una ley que les prohíbe que se expresen como opinión pública. El Ministro del Interior, Carlos Romero, ha respondido diciendo que el primer punto es plausible, pero ha pedido el diálogo, y no ha dicho nada acerca de las otras dos peticiones.
Fuente: Agencia Fides
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