El futuro de monseñor Fernando Bargalló en la Iglesia es por el momento una incógnita. Si bien renunció como obispo tras admitir su romance con una amiga de la infancia, no está claro si esa relación sentimental sigue o no. En caso de que no continúe y Bargalló quiere perseverar en su ministerio, seguramente sería transferido a un destino probablemente fuera del país, donde su identidad no sea conocida y así no provoque tensión entre los fieles. En caso de que persista en la relación, la situación de Bargalló con la Iglesia se le complica por ser obispo. Si fuese sólo sacerdote (presbítero), podría pedir la dispensa al Vaticano (reducción al estado laical) y, una vez obtenida, hasta podría casarse sacramentalmente.
Pero el Vaticano no suele conceder la dispensa cuando se trata de un obispo por entender que tiene una jerarquía eclesiástica muy importante y un mayor compromiso. De hecho, inicialmente la Santa Sede no le dio la dispensa al ex obispo paraguayo Fernando Lugo, protagonista de varios amoríos. Recién se la otorgó cuando fue electo presidente de la Nación para no entrar en conflicto con una nación católica. Por tanto, si Bargalló sigue adelante con su relación sentimental quedaría religiosamente en una situación irregular.
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