Esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la presentación de la Cátedra Pablo VI que se instituye en la LUMSA (Libera Università degli Studi Maria SS. Assunta) de Roma. Han intervenido en el acto el cardenal Giovanni Battista Re, prefecto emérito de la Congregación para los Obispos; Giuseppe Dalla Torre, Rector Magnifico de LUMSA; Michele Bonetti, miembro del Comité ejecutivo del Instituto Pablo VI (Brescia); y Sergio Gatti, director general de Federcasse.
El cardenal Re elogió la iniciativa de incluir en el ámbito de un curso de Historía Contemporánea de la LUMSA la cátedra dedicada a Pablo VI, porque “la huella de su obra en la historia -sea como sacerdote encargado de la Federación Universitaria Católica Italiana (FUCI), que como Sustituto de la Secretaría de Estado y más tarde como arzobispo de Milán y como Papa- no se ha atenuado ni descolorido con el paso del tiempo; al contrario, se ha hecho más fuerte. El Papa Montini ha sido uno de los grandes personajes del siglo XX”.
Pablo VI forma parte de la historia ante todo como guía del Concilio Vaticano II, afirmó el purpurado; si bien el mérito de convocar y abrir el Concilio fue del beato Juan XXIII, Pablo VI lo condujo “con mano experta, segura, respetuosa de los Padres, pero firme”. Por ejemplo, “su decisión de publicar la famosa 'Nota praevia' acerca de la colegialidad y del primado petrino favoreció la interpretación autorizada y acertada de la cuestión”.
Su figura es también la de un Papa que “amó y estimó su época y miró al mundo moderno con simpatía, buscando la reconciliación entre la época moderna y la fe cristiana. Pocos como él han sabido interpretar las ansias, inquietudes, búsquedas y fatigas del ser humano en nuestros días. (…) Como Papa, hizo gestos históricos y, ya que fueron llevados a cabo por primera vez por un pontífice, pueden considerarse como 'primados': fue el primer Papa que tomó el avión; el primero que regresó a Palestina; el primero que renunció a la tiara, para que su venta fuera destinada a los pobres; el primero que fue a la ONU; el Papa que abolió la corte pontificia, dando un estilo de vida más sencillo a la Casa Pontificia”.
La investigación histórica que se llevará a cabo en la cátedra instituida por la LUMSA será muy útil para analizar dos capítulos poco conocidos de la vida de Giovanni Battista Montini. El primero es la obra de formación de los miembros de la Federación Universitaria Católica Italiana, porque el Papa “tenía una pasión innata por la formación de las personas: formación religiosa, pero también civil, social y, de alguna manera, también política”.
El segundo es “la imponente actividad de caridad y de ayuda humana y social que organizó y dirigió durante la II Guerra Mundial (...) mediante la Comisión de Socorros que creó en el Vaticano para establecer contactos con los prisioneros y, dedicándose en persona, incansablemente, para dar de comer a los judíos y a los refugiados políticos escondidos en los conventos e instituciones religiosas. Lo hizo cumpliendo la voluntad de Pío XII, pero la entrega con que se dedicó a esta obra, pidiendo ayuda a las naciones que no estaban en guerra para que mandasen naves cargadas de víveres a Civitavecchia, merecen aprecio y admiración. La 'Cátedra Montini' -concluyó el cardenal- también tendrá la función de contribuir a no olvidarlo”.
Fuente: VIS - Vatican Information Service
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