Los miembros de la comunidad cristiana que viven en la ciudad siria de Homs -principal escenario de violencia de los combates que se desataron entre las fuerzas armadas del presidente Bashar Al Assad y los insurrectos-, se vieron obligados a partir en busca de seguridad después de los graves daños materiales ocasionados con la destrucción de sus edificios y lugares de culto.
Por su parte la Obra de Oriente, una asociación católica francesa de ayuda y beneficencia, al deplorar esta nueva oleada de salidas de cristianos de la ciudad de Homs, en Siria, ante la intensificación de los combates, señaló que el 30% de los cristianos se vieron obligados a huir. Entre lágrimas abandonaron su casa para buscar seguridad. Algunas familias musulmanas también dejaron la ciudad, precisa un comunicado de la institución francesa.
El comunicado de la Obra de Oriente describe así los daños: “Impotentes y aterrorizados en sus casas durante varios días, los habitantes del barrio de Boustane al Diwane, cristianos y musulmanes, vieron sus casas dañadas, saqueadas o destruidas. La iglesia greco melquita Nuestra Señora de la Paz resultó tocada y sus vidrieras rotas. En el mismo barrio, las escuelas greco ortodoxas y la de Raidd Kouzham fueron también dañadas”.
El obispo greco melquita de Aleppo, monseñor Jean-Clément Jeanbart, destacó, en declaraciones a la prensa, que si el régimen sirio es derrocado existe la posibilidad de que se afirme otro más duro y de matriz islámica.
La Comunidad cristiana siria está formada por dos millones de fieles, entre el 8 y el 10 por ciento de la población, y actualmente se encuentra dividida entre el deseo de una apertura democrática del régimen de Al Assad, y el temor de sufrir la misma suerte de la población cristiana en Irak tras la invasión estadounidense con la caída de Sadam Hussein en el año 2003.
El prelado greco melquita lamentó que la prensa internacional no esté informando sobre la gravedad de lo que está sucediendo en Siria y recuerda que solamente un diálogo sincero podrá salvar al país del desastre.
Fuente: AICA
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