El orfanato de Muhura alberga 150 niños huérfanos o abandonados que están a cargo de 4 religiosas. Gracias a un proyecto lanzado por el Movimiento para la lucha contra el hambre en el mundo, el centro muy pronto estará equipado con una instalación de biogás que permitirá cocinar con el estiércol producido por las vacas de propiedad del instituto, junto con los desechos humanos de los baños recién construidos. El excedente de biogás se utilizará para la producción de fertilizante requerido para cultivar los campos del centro.
La iniciativa está a punto de partir de forma experimental en el orfanato africano, pero ya ha sentado las bases para ampliarse a toda una comunidad con 200 hogares y 12 escuelas con 800 alumnos cada una. En Ruanda, las familias viven en una sola habitación, con una cocina que funciona con madera, lo que provoca gran dificultad para la salud, especialmente de los niños. No tienen baños, al máximo excavan una pequeña fosa fuera de casa, contaminando la falda de agua subterránea. Gracias al mismo proyecto aplicado en los distritos de Gicumbi y Gazibo, cada familia recibirá 2 vacas gestantes, que tendrán terneros que se distribuirán a otras familias, y un digestor, a cambio de 5.000 francos al mes durante 3 años, la misma cantidad que gastan al mes en madera o carbón. Una vez iniciado, el proyecto será capaz de sostenerse a sí mismo.
Fuente: Agencia Fides
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