El día que se dieron ese beso largo no sabían que el suyo iba a ser un “matrimonio blanco”. Marisa y Julián se pusieron de novios durante el viaje de egresados, en Bariloche. Esa relación, adolescente, inaugural, duró siete años. Como sus creencias religiosas eran fuertes, postergaron el sexo hasta el casamiento. Y cuando menos lo esperaban, tenían la noche de bodas encima: “Tiré el ramo, nos subimos a una limousine y fuimos a un hotel de lujo. Nos habían regalado esa noche antes de que partiéramos de luna de miel. La deseábamos tanto...”, recuerda Marisa, de 36 años. Pero esa noche no hubo sexo y tampoco durante los cinco años que siguieron. Marisa y su marido llegaban al orgasmo masturbándose: no existía la penetración.
Los matrimonios no consumados, en los que no hay penetración vaginal por un tiempo prolongado después del casamiento, se dan más de lo que se piensa en el país. Según una estadística del Centro de Educación, Terapia e Investigación en Sexualidad (CETIS), unas 80 mil parejas argentinas están atravesadas por este problema sexual. El CETIS monitorea el tema desde hace 21 años y ya evaluaron 453 casos.
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Triste relato, que encierra una realidad, que mas de una vez se hace dificil de creer.! Lamen-
ResponderEliminartablemente se suele caer en ambos extremos, o se-
xo sin limites, o esto que acabamos de leer. El
ideal, con una buena educacion sexual, deberia ser el justo equilibrio...!
ETELVINA