"Las bombas siguen cayendo. Pero al menos se ha adoptado una nueva estrategia humanitaria para tratar de evitar víctimas civiles", dijo a la Agencia Fides su excelencia, monseñor Giovanni Innocenzo Martinelli, Vicario Apostólico de Trípoli. "Antes de bombardear una determinada zona - explica monseñor Martinelli - la Nato extiende voluntarios en la zona para advertir a la población que en los próximos días, el barrio será bombardeado. La gente está molesta porque está claro que tiene que abandonar sus casas y encontrar un alojamiento temporal. Pero al menos se preocupan de evitar víctimas inocentes".
El Vicario Apostólico de Trípoli, agrega que "en la última semana en la zona de Tajura se produjo un atentado muy violento, con más de 30 bombas que azotaron la zona. No puedo entender por qué esta zona se ha visto afectada de una manera tan violenta, pero lo cierto es que siguen bombardeando con la esperanza de alcanzar al líder".
"Las bombas siguen cayendo y ya se ha anunciado que no hay tregua para el Ramadán, que comienza a finales de este mes", dice el Vicario Apostólico de Trípoli. "Lo que me sorprende es la indiferencia de la Nato y de Europa sobre la propuesta de tregua por el Ramadán. Para todos los libios (a favor o en contra de Gheddafi) el Ramadán es un período sagrado, y es un sentimiento que debe ser respetado", concluyó monseñor Martinelli.
Fuente: Agencia Fides
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