"Nosotros los cristianos, estamos verdaderamente deshumanizado, somos tratados como objetos y como una mercancía para vender. Vivimos en un sistema donde sólo los poderosos tienen derechos. Para los cristianos no hay ninguna garantía de justicia en los tribunales: es una grave laguna en el estado de derecho, y esta es una causa importante de sufrimiento y persecución de los cristianos en Pakistán". Es la denuncia, hecha en una entrevista con la Agencia Fides, de una religiosa que vive en Punjab. La religiosa, que pidió el anonimato por razones de seguridad, se ocupa de recibir, ocultar y recuperar a las niñas cristianas maltratadas, secuestradas, con abusos o forzadas a aceptar matrimonios islámicos. Es por lo tanto la persona que mejor conoce el fenómeno, al tener que escuchar todos los días las historias de las jóvenes. Sobre el caso de Farah Hatim, dijo a Fides: "La de Farah es una historia muy triste. Y por desgracia, no es ni única, ni rara. Se registran al menos 700 cada año y somos capaces de salvar sólo una decena de niñas".
"Cuando una familia cristiana viene a nosotros, y nos señala un caso - dice la religiosa a Fides - vamos a los líderes del pueblo para tener su apoyo, fundamental para la llamada "ley de la jirga" (asamblea), habitual en las aldeas. A veces nos escuchan y nos ayudan. Pero cuando se trata de clanes musulmán poderosos, dicen que no pueden hacer nada. Entonces se tendría que aplicar el derecho penal nacional, pero el punto es que los juzgados de primer grado son corruptos y están manipulados por completo por los políticos, los líderes de los fundamentalistas islámicos o los grandes terratenientes. Es un círculo vicioso, por lo que a las minorías cristianas no se les garantiza la justicia: es una grave laguna en el estado de derecho y una causa importante de sufrimiento y persecución de los cristianos en Pakistán".
El sufrimiento de las cristianas, dice la religiosa, es parte de la situación general de las mujeres en Pakistán: "Las mujeres no valen nada. Sólo el 8% de las mujeres reciben educación en Pakistán. Las niñas a menudo son abortadas. Hay un problema básico de la cultura y la mentalidad tribal".
Además, "las mujeres cristianas llevan más el estigma de pertenecer a una minoría religiosa: son las más débiles y más vulnerables, no tienen voz. Los musulmanes poderosos aprovechan esta situación. Las niñas sufren abusos, maltratos, violaciones y deben permanecer en silencio, para no sufrir violencia contra su familia. De hecho hay una discriminación: los cristianos no son ciudadanos reales, desde el momento que no pueden tener justicia con respecto a esta violación flagrante de sus derechos individuales y colectivos", dijo la religiosa.
Fuente: Fuente Fides
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