"Terremotos grandes y pequeños, conocidos como temblores de tierra, siguen sucediendo en Christchurch, la ciudad más grande del Sur de Nueva Zelanda. Después del último terremoto devastador registrado el pasado septiembre, más de 7.000 temblores de reasentamiento han continuado a sacudir a los cansados ciudadanos de Christchurch": lo ha comunicado a Fides el p. Paul G. Shannahan, sm, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Nueva Zelanda. "El lunes pasado varios temblores de 6,3 y 5,3 grados en la escala de Richter han sacudido el distrito central de los negocios y la parte oriental de la ciudad, generando nuevas perdidas de agua y barro maloliente. Cada día trabajamos para eliminar miles de toneladas. Han estallado más de 55 nuevas fuentes - continúa el sacerdote -. Muchos de los edificios dañados han sido destruidos y algunos serán demolidos. Casi la mayoría de los edificios de ladrillo y piedra, como la histórica Catedral Anglicana, han sufrido daños irreparables, lo mismo ocurre con la Catedral secular católica. No sólo han desaparecido muchos de los edificios históricos de la ciudad, sino que además las carreteras y calles siguen derrumbándose e inundadas de aguas residuales, por lo que el suministro de agua potable ha sido interrumpido otra vez. Los continuos temblores están causando la pérdida de muchos puestos de trabajo", añade el padre Shannahan.
"Aún más preocupante es el hecho de que los médicos están encontrando miles de personas con síntomas de estrés post-traumático, sobre todo las personas cuyas viviendas han sido seriamente dañadas: están muy cansadas de todo y de tener que esperar por la indecisión del gobierno y de las agencias de seguros que deberían prever el pago de las obras de reconstrucción y determinar las zonas más seguras donde poder reconstruir.
Otros tres temblores de 4,4 han sacudido la ciudad el viernes, 17 de junio. Christchurch es conocida como la más inglesa de las ciudades y se llama la "Ciudad Jardín", pero la miseria sigue aumentando para la mayoría de la población y el coste de la vida sube". El padre Shannahan concluye invitando a todos a orar por esta población que está siendo probada tan duramente.
Fuente: Agencia Fides
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