El sacerdote, artífice de comunión en un contexto pluricultural

El sacerdote es un hombre llamado a construir la "comunión" a todos los niveles: en la comunidad, en las relaciones con otras religiones, en la sociedad civil de una nación pluralista como Indonesia. Es lo que ha dicho Su Exc. Mons. Johannes Pujasumarta, Arzobispo de Semarang y Secretario General de la Conferencia Episcopal de Indonesia, en un seminario de formación, dedicado principalmente a los nuevos sacerdotes, que ha sido organizado por la Archidiócesis de Semarang en los últimos días.

Según cuanto ha informado a la Agencia Fides, la Iglesia local, el seminario ha subrayado que es deber de todo sacerdote desarrollar la virtud de "hombre de comunión". La reflexión, propuesta por Mons. Pujasumarta, ha seguido una perspectiva teológica,  antropológica, cristologica, eclesiologica, pero también ha tocado el campo moral, psicológico, pastoral y el contexto de la vida social de Indonesia.  Recordando que "Gratia non tollit, sed perficit naturam" ("La gracia no destruye la naturaleza sino que la perfecciona") - como dice Santo Tomás de Aquino - el Arzobispo ha invitado a los sacerdotes "a tener el valor de creer en la Palabra de Dios y abandonarse a la gracia, sabiendo que, lejos de destruir todo lo que es verdadero y bueno, la gracia revela una sabiduría más amplia y profunda de todo pensamiento humano: la sabiduría que da el Espíritu Santo, que enseña la vida en Cristo". La gracia, ha continuado, no hace daño a las virtudes humanas como la sabiduría, la justicia, el coraje, sino que las mejora y fortalece con las virtudes cristianas: fe, esperanza y amor, que hacen del sacerdote un "hombre de comunión".

La fuente suprema de la "comunión" - ha proseguido la reflexión - es la Eucaristía, a través de la cual el "hombre de comunión", que actúa in persona Christi, establece la comunión con Dios y con los fieles, signo y sacramento de la comunión trinitaria. La comunión - ha señalado el Arzobispo - es importante sobre todo en el contexto de la nación de Indonesia, que se caracteriza por un gran pluralismo étnico, cultural, lingüístico y religioso.

El ser "hombres de comunión" en la actual Indonesia, encuentra dos grandes amenazas: el "comunitarismo" y el "individualismo". El "comunitarismo", es decir, el énfasis en la identidad de una determinada comunidad étnica o religiosa, lleva a masas de personas a convertirse en una "multitud", en la que la persona se vuelve anónima y está expuesta a manipulaciones, ideologías y violencia. Por otra parte, el individualismo, se muestra en el egoísmo, en el conducir la propia vida sin preocuparse de los demás. La "comunión", que es el antídoto a estos dos extremos, implica la unión entre la persona y la conciencia, que es algo fundamental del ser humano. La "comunión" se expresa en una actitud de amor y respeto mutuo entre las personas, que son valores que se fundamentan en la vida de la comunidad y que ayudan a construir unidad en una nación pluralista como Indonesia.

Fuente: Agencia Fides