Seminario
Bíblico 2011 por FM Parroquial 105.1
Subsidio 12 –
“El enfoque basado en la respuesta del lector”
I
Introducción - Presentación
Luego de
indagar en la pregunta sobre una “exégesis sin presupuestos” nos referiremos a
lo que se llama “enfoque basado en la respuesta del lector” que centra la
atención en el lector y su proceso de lectura como parte del sentido del texto.
Se trata de un acercamiento que tiene como principio básico la renuncia a
considerar un texto como un simple objeto o como una “cosa en sí”.
Cuando vamos
a una librería o a la biblioteca, un libro es un objeto que yace inmóvil y mudo
hasta que lo sacamos de la pura materialidad en que se encuentra. Sólo hay un
medio de darle vida y ese medio es la lectura del mismo. Así, nos abrimos al
sentido del texto a medida que leemos y por eso es importante tomar en
consideración al lector en la determinación del sentido.
Es
interesante notar que el sentido de un texto no es comparable al contenido de
una nuez, que espera ser extraída de su cáscara. Es importante destacar la
operación funcional de la experiencia del lector individual en el momento en
que practica la lectura, el cual vive esta experiencia, que es subjetiva, en un
flujo temporal dinámico y concreto. En síntesis, en este estadio el sentido es
un evento vivencial, empírico, más que un contenido.
II Crítica
a este enfoque
Pero es
necesario advertir que los promotores de este enfoque en su forma más
radicalizada insisten en afirmar la indeterminación de un texto, es decir, que
la objetividad no es más que una ilusión y que el significado lo produce el
lector, iniciando un subjetivismo, un relativismo. La pregunta sobre el texto
ya no es su significado sino ¿qué hace? ¿qué produce? ¿qué me pasa con el
texto? Algo que es muy propio de nuestro tiempo, alguien ve un espectáculo y dice:
“a mí me pasó que…” o “a mí me movilizó de esta manera…” obviando toda
objetividad o especialización sobre el tema. Lo mismo ocurre con los textos.
La debilidad
de esta posición está en que confunde el “sentido” con la “percepción del
sentido” y pretende ignorar que la obra literaria también puede vivir en el
lector. Si a esto le sumamos la tendencia actual de confundir al bien con el
placer y al mal con el dolor, pervirtiendo sus significados, tendremos serias
dificultades para hacer una interpretación bíblica seria.
Pero es
importante destacar, que tomada como un estadio en el cual se controla la
subjetividad, al saber que sin duda, como lectores tenemos un enfoque
subjetivo, puede dar fruto en cuanto a descubrir el sentido de un texto
poniendo la propia subjetividad bajo control, es decir, como una operación
funcional con vistas a la hermenéutica y no como un proceso cerrado y concluido.
III
Conclusión
Es necesario
considerar el llamado “círculo hermenéutico” en el cual el intérprete de la
Biblia no sólo está delante del texto sino también del autor sagrado que fue
inspirado por el Espíritu Santo, de tal manera que no alcanza con una lectura
puramente subjetiva por más rica que ésta sea sino que es necesario indagar en
la situación vital del hagiógrafo y el género literario, el “efecto”, que ha
buscado conseguir al transmitir el mensaje. De esta manera puedo realizar un
estudio del texto bíblico para saber qué dice minimizando la propia
subjetividad. Luego, es importante personalizarlo, es decir qué me dice,
para ser interpelado por la Palabra de Dios. Más tarde, buscar qué les dice
a quienes será dirigida la interpretación bíblica (catecúmenos, grupo pastoral,
tiempo actual, medios de comunicación, etc.) absteniéndose de ser auto
referencial, no confundir lo “testimonial” con lo “auto referencial” que
siempre se torna largo y desdibuja la interpretación bíblica. Así llegamos a un
qué nos dice que respeta lo individual y lo comunitario.
Como mal
ejemplo muy extremo a no imitar jamás están las interpretaciones bíblicas en
las cuales el expositor se identifica con todos los personajes benignos de la
Sagrada Escritura, se auto posiciona en una situación de “héroe” y relaciona
todos los pasajes de la Biblia con su lucha personal y egoísta en la cual todos
los personajes bíblicos malignos actúan en su contra. Este tipo de
interpretaciones nunca fueron asistidas por el Espíritu Santo, sino que son una
muestra de interpretaciones basadas exclusivamente en el “enfoque del lector”. Es
el caso de los poco serios y “espectaculares” predicadores de las sectas pseudo
cristianas.
Como vemos el
“enfoque basado en la respuesta del lector” es malo si se lo considera un
método de interpretación bíblica pero es bueno como operación funcional en
cuanto a conocernos más a nosotros mismos, nuestras debilidades y fortalezas,
para dejar que la Palabra de Dios, verdaderamente, no ilusoriamente, viva en
nosotros así como nosotros vivimos en la Palabra de Dios.
Pero tengan presente, ante todo, que
nadie puede interpretar por cuenta propia una profecía de la Escritura. Porque
ninguna profecía ha sido anunciada por voluntad humana, sino que los hombres
han hablado de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo. (II Pedro 1, 20-21)
¡Gloria a
Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Preparado por
Mauricio Shara en base a la siguiente bibliografía:
Texto bíblico de la
traducción argentina “El Libro del Pueblo de Dios”
Armando J. Levoratti,
“Cómo interpretar la Biblia”, Comentario Bíblico Internacional católico y
ecuménico para el siglo XXI, Navarra, Verbo Divino, 2005, 27-28
Muy bueno!!!
ResponderEliminarFelicitaciones Mauricio, por esta explicacion tan
ResponderEliminarclarificadora de lo que es el llamado "circulo
hermeneutido". La manera de diferenciarnos de a-
quellos que leen la Palabra de Dios y la inter-
pretan como mejor les viene en ganas. De ahi los
errores y horrores garrafales que predican.!
Leamos la Biblia (todos los Libros) y a las luces
del Esp.Santo.!
Buenisima la ilustracion.
ETELVINA