“Pedí una tregua, pero nadie ha escuchado mi apelo. Es cierto que no hemos oído bombas, pero los aviones sobrevolaban Trípoli impidiendo dormir durante la noche. Aunque no bombardean, los aviones crean pánico entre la población, los niños no duermen. Se entiende que cuando un avión pasa por encima en la noche, se teme que una bomba pueda explotar en cualquier momento", dice a la Agencia Fides Mons. Giovanni Innocenzo Martinelli, Vicario Apostólico de Trípoli.
“Ayer estuve en al funeral de Saif al-Arab (uno de los hijos de Gaddafi, quien fue asesinado en el bombardeo de su casa con sus tres hijos) - continúa el Obispo-. Gheddafi no estaba, pero sí los representantes principales del poder de Libia, entre ellos algunos de sus hijos, aunque no todos. También estaba Abdessalam Jalloud”. Abdessalam Jalloud, ha sido uno de los colaboradores más cercanos de Gheddafi y estaba considerado durante mucho tiempo el "número dos libio" hasta hace algún tiempo, antes de retirarse de la vista pública. “He visitado la casa bombardeada y he sido recibido con gran respeto, también he visto una gran atención hacia lo que dice el Santo Padre. Lamento constatarlo, pero tengo la impresión de que los cristianos no están siempre tan atentos a las palabras del Papa. El Santo Padre ha pedido una tregua, pero no ha sido escuchado", dice el Vicario Apostólico de Trípoli, que concluye: "renuevo mi llamamiento a un alto el fuego, para respetar el luto de la familia de líder”.
Fuente: Agencia Fides
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