Doce muertos y cien heridos son el balance del asalto llevado a cabo por grupos de salafistas contra algunas iglesias en el distrito de Imbaba, en el noroeste del Cairo, la capital de Egipto. "También ha sido atacada una iglesia católica, junto con algunas Coptas Ortodoxas" dice a la Agencia Fides el p. Luciano Verdoscia, un misionero comboniano que trabaja en El Cairo desde hace años. "Un grupo de salafistas entró en la iglesia disparando y asesinó al padre de uno de nuestros postulantes, que se encuentra en Uganda. El hombre fue alcanzado por varios disparos en el pecho", explica a Fides el p. Luciano.
"El pretexto utilizado por los salafistas para cometer estos crímenes contra los cristianos es la historia de Kamil, la esposa de un sacerdote ortodoxo, que quería divorciarse de su marido. Al ser la Iglesia Ortodoxa muy estricta al respecto, la mujer se había convertido al Islam para escapar de su marido. Los salafistas afirman que la mujer está en cautiverio y que ha sido llevada de vuelta a la fe copta en contra de su voluntad", explica el misionero. El ataque a la Iglesia de Imbaba, donde se supone que está retenida la mujer, ha dado lugar a la violencia del sábado, 7 de mayo.
Al margen de la historia de esta mujer, es necesario hacer algunos comentarios para entender lo que está sucediendo en Egipto" resalta el p. Luciano. "El barrio de Imbaba es una zona pobre y el fanatismo florece donde reina la pobreza y la ignorancia. Los salafistas son un grupo que no mayoritario, pero que se hace oír, incluso con acciones violentas. Según algunos comentaristas, estos grupos están manejados por el antiguo régimen, que quiere hacer creer: "he aquí lo que sucede sin nosotros. Necesitamos un gobierno fuerte, que mantenga el equilibrio con puño de hierro'.
En mi opinión - continúa el misionero - es el Islam el que debe evolucionar. Espero que los musulmanes moderados puedan alejarse de ciertas lecturas del Islam. Estas muertes ocurren porque en el Islam, cuando un grupo de personas son declaradas "kuffar (infieles), estas pueden ser asesinadas y privadas de todos sus bienes. Las interpretaciones de este tipo deben ser revisadas por los propios islámicos", concluye el padre Luciano.
Fuente: Agencia Fides
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