El 9 de mayo, en la Universidad Pontificia Comillas (ICADE), tuvo lugar la presentación de la última novela histórica del padre Pedro Miguel Lamet, SJ, titulada “El último jesuita” y que versa sobre la dramática persecución contra la Compañía de Jesús en tiempos del rey Carlos III.
En la presentación intervinieron, junto al autor, el Dr. Francisco Vázquez, embajador de España ante la Santa Sede, el rector de la Universidad Pontificia Comillas, José Ramón Busto, SJ y los historiadores Isidoro Pinedo, profesor emérito de la Universidad de Deusto, y la Dra. Inmaculada Fernández Arrillaga, vicedecana de la Facultad de Historia y Humanidades de la Universidad de Alicante.
La novela narra dos historias paralelas y encontradas de dos hermanos que viven la expulsión y extinción de la Compañía de Jesús en el siglo XVIII. Por un lado, Mateo Fonseca, secretario personal del conde de Floridablanca, quien se ve inmerso en el proceso de supresión de los jesuitas por el papa Clemente XVI y el encarcelamiento de su superior general. Por otro lado, Javier Fonseca, religioso jesuita, que sufre en su propia carne la expulsión de la Compañía de Jesús de España, el penoso viaje sin rumbo, el destierro en Córcega y Bolonia, y finalmente su llegada a Rusia donde son recibidos por la Zarina Catalina.
Esta novela, una de las 37 que escribió el padre Lamet, supuso para él un gran reto y considera que “es la novela histórica más dramática, rigurosa y apasionante” que escribió.
El autor confesó que tras escribir la novela, su mejor conclusión es que “lo mejor de aquellos hombres injustamente maltratados por el Estado fue su amor al Jesús del Evangelio, en medio de terribles dificultades, y la fidelidad a la espiritualidad de san Ignacio”.
La novela fue editada por La Esfera de los Libros.
La Supresión de la Compañía (1773-1814)
La Compañía de Jesús había sido ya suprimida en Portugal y Francia, cuando el rey Carlos III firma el decreto que entre el 1 y el 2 de abril de 1767 dio comienzo a la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles. Las razones fueron muchas y variadas: políticas, sociales, religiosas y la excusa fue la acusación de instigar el motín de Esquilache (1766).
Al no ser admitidos por el Papa para recalar en los Estados Pontificios, y después de muchos esfuerzos diplomáticos, Córcega sería el primer destino de los 5.000 jesuitas españoles desterrados (3.000 de España y 2.000 de América y Filipinas). La isla de Córcega fue un verdadero campo de refugiados para ellos, pero allí logran organizar su vida comunitaria, el noviciado y los estudios. Aunque también hubo claudicaciones, deserciones, fugas y secularizaciones.
La estadía en Córcega se mantiene desde el verano de 1767 hasta el otoño de 1768, cuando vuelven a embarcarse hacia Génova y de ahí caminan a pie o en mula hasta varias ciudades de los Estados Pontificios: Ferrara, Bolonia, Imola, Faenza, Forli y Rímini. Entonces llegaría el peor desenlace: la supresión de la Orden.
Aunque Clemente XIII se resistió a las presiones que le pedían suprimir la Compañía, su fallecimiento propició un cónclave que eligió un Papa favorable a este fin. El breve de extinción, “Dominus ac redeptor”, fue firmado por el papa Clemente XIV el 16 de agosto de 1773 y se fue aplicando, sin dificultad, en todas partes, excepto Prusia y Rusia.
La Compañía de Jesús estuvo extinguida en la Iglesia durante cuarenta años (1773-1814) y fue restablecida en 1814 por Pío VII. Parte de los jesuitas sobrevivieron esos 40 años en Rusia, de donde brotaría la renacida Orden.
Fuente: AICA
HABRA QUE LEERLO, SI HAY UN TEMA QUE ME APASIONA
ResponderEliminarES ESTE.! BUENISIMA INFORMACION...!
ETELVINA