El balance del tornado que el 22 de mayo devastó la ciudad estadounidense de Joplin, en Missouri, se ha agravado; por el momento hay 124 víctimas y los medios de comunicación americanos hablan de 1.500 desaparecidos. El tornado ha azotado la frontera con Oklahoma, donde hasta ahora se han reportado cuatro muertos y 60 heridos, y también Kansas. El fenómeno se ha producido menos de un mes después de otro tornado terrible, en el que murieron 354 personas en siete estados de los EE.UU. En estos momentos, los equipos de rescate, dificultados por las fuertes y los fuertes vientos que todavía golpean la región, siguen a la búsqueda de supervivientes entre los escombros.
Según un comunicado del Catholic News Service, el hospital católico St. John's Regional Medical Center de las Sisters of Mercy se ha visto severamente dañado y han muerto cinco pacientes y una persona en visita. Otros 183 pacientes han sido trasladados a otras instalaciones en Missouri y Arkansas. Muchos de los auxiliares de enfermería también están heridos. La prioridad ahora es salvar a los pacientes, a sus familias y a los colaboradores de la comunidad de Joplin. El hospital se ha organizado para proporcionar servicios básicos y satisfacer las necesidades primarias.
"Os pido que recordéis a los habitantes de Joplin en vuestras oraciones", ha dicho el Obispo de Springfield-Cape Girardeau, Mons. James V. Johnston. "Oramos especialmente por las personas de la Iglesia católica de St. Mary y de la escuela, que han perdido todo, así como por el hospital St. John's Mercy, que ha sufrido enormes daños. El equipo diocesano está en contacto con otras organizaciones de caridad de Misuri en las diócesis de Springfield-Cape Girardeau y Kansas City y de la Archidiócesis de St. Louis".
La iglesia, la escuela y la rectoría de la parroquia de St. Mary han sido destruidas, por fortuna, el rector, el padre Justin Monaghan, ha resultado ileso. En Joplin la iglesia católica, St. Peter the Apostle, no ha sufrido daños y se está organizando para acelerar la entrega de las ayudas a las víctimas. También ha resultado ilesa la McAuley Catholic High School. El padre John Friedel, párroco de la Parroquia de St. Peter, ha inviatdo a todos a orar por las víctimas de la destrucción y de la violencia que ha golpeado a esta población.
Fuente: Agencia Fides
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