Invocación religiosa de monseñor José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario en el Día de la creación de la Bandera Nacional (27 de febrero de 2011)
Una oración de gratitud por la Bandera
Elevamos a Dios en este día, una oración por la Patria, una oración de gratitud por la Bandera, conmemorando aquel 27 de febrero de 1812, cuando el General Belgrano ordenaba por vez primera, elevarla en los más alto de la querida tierra de Rosario.
Fue entonces que en esta Villa, junto a la Virgen del Rosario y su Capilla, su plaza y su gentío, el Paraná contemplaba que Belgrano elegía sus colores y creaba nuestra insignia. Como dice el poeta: “su limpia historia, es la del río que se desborda por amor y fertiliza”, y bajo el cielo de la Patria nos enseña a ser libres, “como el espacio que en sus pliegues nos traía” (*).
La bandera, muy querida por Belgrano y por su tropa, también hoy es aclamada en su primera cuna, Rosario y esta Provincia, y la Patria toda la celebra esplendorosa, y quisiéramos que “el resplandor que la ilumina ya no sea el aire, sino el viento de la gloria”… Sí, “y el resplandor que la ilumina ya no sea el sol, sino Dios que hizo las cosas” y la vida (*).
La próxima celebración del Bicentenario de la Bandera
Nos acercamos al bicentenario de la creación de nuestra insignia. Esta fiesta es muy nuestra y queremos evocarla, pidiendo que su presencia en la Patria nos convoque, y su sombra de árbol nos cobije.
Queremos agradecer a Dios, y extender lazos fraternos que nos unan, crecer en el sentido de justicia, ahondar la mutua comprensión y el diálogo, y vivir con un estilo solidario, respetando desde el seno materno la vida, en su año; haciendo que nuestra convivencia se vea enriquecida cada día, por los valores de la fe y de lo alto.
Nuestra Patria, que desde el comienzo de su historia entrelazó con la fe católica su vida, abierta a todas las colectividades que venían, reconociendo otros credos; que vio forjar en su historia ideales verdaderos, con espíritu de grandeza y de familia, de trabajo y sacrificio; continúe siendo testigo con esa misma pasión y valentía, para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los que tienen menos; donde Dios tenga su lugar y esté presente en la cultura y en las leyes, la economía y la política.
Que no desviemos el camino, que no olvidemos la fe,
el heroísmo, la virtud y el compromiso de nuestros mayores
Le pedimos a Dios que no desviemos el camino, que no olvidemos la fe, el heroísmo, la virtud y el compromiso, el de nuestros padres y mayores; y sirvamos al bien y a la justicia; y en todo caso si nos equivocamos, retomemos el sendero verdadero, para alcanzar el perdón que vivifica.
Que esta emotiva fiesta que vivimos, sea signo de una Argentina unida, que mirando su bicentenario nos invita a irradiar la paz y el bien que el argentino necesita.
Y que Nuestra querida Madre del Rosario, que desde su Iglesia es testigo del origen de este día; bendiga nuestras tierras y sus hogares; y nos enseñe siempre a vivir con esperanza y alegría. Así sea.
Mons. José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario
(*) Francisco Luis Bernárdez
Fuente: AICA
PARA LOS QUE SENTIMOS MAS AUN LA PATRIA, CUANDO
ResponderEliminarYA NO ESTAMOS EN ELLA, ROGAMOS AL TODOODEROSO Y
A SU MADRE SSMA. PONGAN SUS OJOS EN ELLA, ALEJANDOLA DE LA CORRUPCION Y REVALORANDO LOS
SIMBOLOS PATRIOS. EN ESPECIAL NUESTRA SAGRADA
BANDERA CREADA POR UN PATRIOTA HONESTO COMO LO
FUE BELGRANO.
ETELVINA
gracias señor por la vida tu eres grande
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