“No sólo de pan vive el hombre sino de todo lo que sale de la boca de Dios”
(Deuteronomio 8,3; Lucas 4,4)
I ¿Qué es espiritualidad bíblica cristiana?
Es el estilo de vida cristiano que se encuentra inspirado en las palabras de la Sagrada Escritura. No existe una única espiritualidad bíblica sino múltiples formas de ella que reflejan:
1) la diversidad histórica, literaria y teológica de la Sagrada Escritura
2) la situación irrepetible de aquel que lee y escucha la Palabra de Dios y la aplica a su vida
II La relación entre la Palabra de Dios y el Espíritu Santo
La eficacia de la Palabra de Dios no depende del predicador ni del modo como es presentado el mensaje (cf. I Corintios 1,17). Por medio de la fe y el bautismo la Palabra de Dios habita en lo profundo del ser y comunica en toda su riqueza la salvación que brota del Misterio Pascual de Cristo (cf. Colosenses 3,16).
La disposición a recibir la Palabra de Dios:
Sin negar el dinamismo y la fuerza intrínseca de la Palabra de Dios, la tradición cristiana ha insistido siempre en las disposiciones para recibirla. Así como la belleza de un poema será recibida por aquellos que tienen la sensibilidad poética para recibirlo, así también sucede con la Palabra de Dios porque nadie conoce los secretos de Dios sino el Espíritu de Dios (cf. I Corintios 2,11).
Cómo la Biblia se hace Palabra de Dios:
La Biblia se revela a nosotros como Palabra de Dios por el testimonio interior que hace el Espíritu Santo, así el Espíritu y la Palabra se vuelven correlativos y Dios actúa dentro del ser por el Espíritu y fuera de él por la Palabra. El Espíritu Santo da vida a la letra y se hace Palabra de Dios aquí y ahora. La Palabra actúa con poder para constituir la comunidad cristiana (cf. Hch 2,41; 6,7; 12,24; 19,20) y el Espíritu de Verdad conduce a la Iglesia al pleno conocimiento Veraz (cf. Jn 16,13). De esta manera el testimonio del Espíritu y la acción de la Palabra debe ser aprehendido por la comunidad creyente y por cada creyente en comunión con la Iglesia.
Los peligros:
La Iglesia, a través de sus instituciones, debe discernir lo que verdaderamente viene del Espíritu Santo o no es otra cosa que producto de la imaginación humana. Donde está el Espíritu de Dios hay libertad, jamás alienación o manipulación psicológica (cf. II Corintios 3,17).
III La Palabra de fe
Gracias a la fe el creyente recibe la Palabra no como palabra humana sino como la Palabra de Dios (I Tesalonicenses 2,13), esta Palabra tiene el poder de realizar lo que proclama, por ejemplo:
La Palabra de reconciliación reconcilia (cf. II Corintios 5,18-20)
La Palabra de salvación salva (cf. Romanos 1,16; I Corintios 1,18)
El mensaje de gracia da gracia (cf. Hch 14,3; 20,32)
La Palabra de Vida comunica vida (cf. Hebreos 4,12)
“Así los hijos que tú has amado, Señor, debían aprender que no son las diversas clases de frutos los que alimentan al hombre, sino que es tu Palabra la que sostiene a los que creen en ti” (Sabiduría 16,26)
Mauricio Shara
Bibliografía: se agrega “¿Qué es la espiritualidad bíblica?” de Horacio Lona, Editorial Claretiana.
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