"Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo:" (Mc 3,6)

6 de abril de 2012

¿Creemos en la resurrección?


Pasado el sábado, María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho». Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo. (Marcos 16, 1-8).
 

Esta palabra corresponde a la Vigilia Pascual del Domingo de Resurrección y se trata del final original del Evangelio de Marcos, que además es el Evangelio más antiguo de los cuatro. Pasado el sábado corresponde a la culminación del shabat en el ocaso del día. Con la visualización de las primeras estrellas comienza el primer día de la semana, lo que los cristianos llamamos el Día del Señor: el Domingo. Esta tradición los cristianos la heredamos de los judíos para la Liturgia, es el caso p.e. de la Vigilia Pascual del 8 de abril de 2012 en el ocaso del sábado. Litúrgicamente, es el fin de un día y el comienzo de otro, un nuevo día está en marcha, un nuevo comienzo se ha iniciado.
 
Las tres mujeres: María Magdalena, María, la madre de Santiago, y Salomé compraron perfumes para ungir el cuerpo de Jesús. La tradición activa de la Iglesia nos enseña la importancia del cuerpo, ya que los cristianos creemos en la resurrección de la carne, o al menos así lo confesamos en el Credo. (I Co 15, 35-49), siendo llamados a participar plenamente de la Vida, a alcanzar el más alto desarrollo humano de la historia.
 
Por eso, se ha dado en llamar “cementerio” a la morada de los cuerpos de los difuntos, latinización (coemeterium) del griego koimeterion, que significa: “dormitorio”, ya que los muertos en Cristo descansan en paz hasta la resurrección. Aunque es de noche, un nuevo día ha comenzado, un nuevo comienzo se ha iniciado. La pregunta hoy sería: ¿creemos lo que confesamos en el Credo?
 
A la madrugada del primer día de la semana, cuando salía el sol, fueron al sepulcro. Es la manifestación evidente del nuevo día, ya no andamos en la oscuridad alumbrándonos con antorchas proféticas (II Pedro 1,19). ¡Qué difícil percibir un nuevo día cuando ya ha caído el sol y es de noche! pero es necesario esperar el amanecer, nuestra esperanza está puesta en la aparición del lucero de la mañana que anuncie un nuevo comienzo en nuestros corazones: Al entrar al sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca. Ellas quedaron sorprendidas, pero él les dijo: «No teman. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho».
 
Pero para eso es necesario primero reconocer la intervención de Dios en nuestras vidas: Y decían entre ellas: «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» Pero al mirar, vieron que la piedra había sido corrida; era una piedra muy grande. Las mujeres no temieron entrar al sepulcro, se quedaron sorprendidas, pero si temieron a la resurrección: Ellas salieron corriendo del sepulcro, porque estaban temblando y fuera de sí. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
 
Así termina el Evangelio de Marcos, el resto será agregado en el siglo II y canonizado por la Iglesia. La resurrección produjo en las mujeres temblor y espanto, es una reacción natural ante un acontecimiento grandioso anunciado por Jesús pero no creído, aunque la Iglesia primitiva tendrá tiempo para reflexionar, creer y anunciar.
 
Más allá de la infidelidad de los cristianos, llenos de espanto por la intervención de Dios en la historia, aunque es de noche y nos alumbramos con luces limitadas, un nuevo día ha comenzado, un nuevo comienzo se ha iniciado. ¿Creemos en la resurrección? (PCD).

Editorial, Prensa Cristiana Digital 45 (2012) 2

6 comentarios:

  1. Anónimo6.4.12

    Que no te produzca espanto...Canta Glorias y Ale-
    luyas.! Cristo ha resucitado y esta entre nosotros...!!!!!! EL VIVE.....! Creelo.!


    ETELVINA

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  2. Riquelme6.4.12

    Esta muy buena la reflexion, creo que mucha gente grita mucho pero lo unico que tiene es una creencia inculcada y no profesada verdaderamente. He escuchado a mucha gente juntarse a gritar El vive!!! El vive!!! pero luego del show vuelven a su vida mundanalizada y despues otra vez al show y a gritar El vive!!! Creo que lo hacen porque verdaderamente no tienen fe o tienen una fe debil, son lo que se llama fundamentalistas. Tambien los que el domingo pasado fueron a recibir el amuleto magico (el ramito) para ponerlo en la puerta de la casa por los ladrones... De esto esta lleno pero creo que eso no es creer en la Resurrección. Muy bueno lo del cementerio, hoy hay mucho panteismo entre los catolicos. Hace falta mas fe verdadera y no tanta pelutudez artificial

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  3. Anónimo7.4.12

    Muy interesante lo del final original de Mc! Me dejo pensando en como habra sido realmente la reacción original por la Resurrección del Señor si como en lo idílico se dice que todo el mundo creyó ¡Aleluya! o el proceso que realmente existió para llegar a confesar que Jesucristo venció a la muerte. Es interesante para hoy porque en occidente los cristianos estamos en extinción por culpa de nuestras taras y estupideces. Pero creo que tu mensaje es muy profundo para muchas personas que no están habituadas a pensar, es posible que les quedara más lógico un mensaje de "esto es así y punto" o "¡es misterio, es misterio!" y con eso se arregla todo, pero lo que no se arregla es la credibilidad del mensaje kerigmático para los que no creen y la razonabilidad del mensaje kerigmático para los que sí creen pero como dijo el comentarista anterior su fe es débil, fundamentalista y debe ser fortalecida y no engordada. Ejercicio espiritual pensado y practicado! (donde hay por favor? avisen...)

    Julieta Rivas

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  4. Anónimo7.4.12

    Hemos sido llamados a dar Testimonio de nuestra Fe y
    a llevar la Buena Noticia. Guste o no, gritare a los
    cuatro vientos que El VIVE, en ti y en mi...!
    Lamento y ruego por los que no lo ven asi.!

    ETELVINA

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    Respuestas
    1. Anónimo7.4.12

      Me parece que te tomás las cosa a titulo personal ¿sos el centro del mundo? Etelvina, Etelvina...

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  5. Azul Quintiliani7.4.12

    A mi lo que me impactó del escrito es que siempre relaciona la resurrección del Señor con nuestra futura resurrección y las acciones que realizamos al presente, por tanto es profético. Está muy bueno, especialmente para la actualidad porque hoy el mundo se espanta de un concepto ideológico de la resurrección, se lo considera como fuera de la realidad, pura ideología, invención y muchos católicos creen eso lo que es no creer en la resurrección.

    Hay mucha confusión y también están los fundamentalistas que imitan a las sectas creyendo que eso es renovar a la Iglesia, lo unico que hacen es entorpecer la evangelización con sus tonterías sentimentaloides dicen amar lo que no conocen, son como los samaritanos.

    Coincido con el comentario anterior y es que ideologizar, proselitismo, populacherismo, no es evangelizar sino enloquecer a los débiles en la fe.

    Me parece que está bueno decir algo distinto, centrado en la fe pero distinto para hablar del gran acontecimiento de todos los tiempos que Jesucristo resucitó de entre los muertos.

    No es cuestión de gritar como los locos sino de vivir de acuerdo a esta verdad y ser dignos de ella. Muy bueno el blog.

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