"Un año dedicado a la fe es un año dedicado a quien la predica. Por- que la fe, tal como enseñó San Pablo, viene por el oído, por la predicación. Por eso hace falta quien predique y pueda educar en esa fe que la Iglesia proclama y los creyentes vivimos. Año de la fe, año de los predicadores de esa fe, que a través de su palabra, de su testimonio y de una vida santa hacen posible que muchos oigan la fe y puedan convertirse a ella". Así dice el editorial de "Madrid Misionero", del Consejo diocesano de Misiones del Arzobispado de Madrid. Recordando que el año 2012 es el año de la fe, proclamado por el Papa Benedicto XVI, y subrayando que "ser creyente no es ser un indigente intelectual que acepta las cosas simplemente porque se las han dicho. El creyente es alguien que hace suya una verdad que entiende y que no está en contradicción con la razón.... La fe no es un instrumento de opresión, para mantener a una persona o pueblo bajo el yugo de la autoridad y de la esclavitud. Sino todo lo contrario, la fe nos ayuda a ver las cosas con otro criterio, más objetivo, menos subjetivo".
Pensando en los motivos que han movido al Papa ha proclamar el Año de la Fe, hay que recordar que "la Iglesia no puede dejar de anunciar a Cristo sin traicionarse a sí misma", por eso el texto termina diciendo: "Año de la fe, año de los misioneros, que llevan el Evangelio y la vida de Jesús al corazón de los hombres y mujeres que creen gracias a su presencia y a su trabajo. Damos gracias a nuestros misioneras y misioneros por estar ahí, por hacer posible que la luz de la fe ilumine los ojos y la vida de los que "viven en tinieblas y en sombra de muerte".
Fuente: Agencia Fides
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