La asignación por hijo que paga el Estado (mal llamada universal porque, en rigor, no llega a todos) no logró, por lo menos en su primer año de vigencia, un efecto significativo en cuanto a aliviar la problemática del trabajo infantil, más allá del aporte que esa política social hace a la economía de las familias.
Según los resultados de una encuesta reciente, son alrededor de 980.000 los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años que, en los centros urbanos de la Argentina, trabajan fuera de sus hogares, mientras que otros 420.000 hacen tareas domésticas en forma intensiva, como cuidar a sus hermanos o encargarse de las compras. Son, en total, el 15,5% de la población de esa edad -unos 1,4 millones de chicos- según datos de un relevamiento del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia que elabora la Universidad Católica Argentina (UCA). Según la encuesta, el 9,6% de los menores trabaja en tareas no domésticas; el 4,6% cumple funciones en el hogar, que son propias de adultos, y el 1,3%, que representa a unos 115.000 menores, está afectado por ambas situaciones.
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DE ILUSION TAMBIEN SE VIVE...!
ResponderEliminarNADA HA SOLUCIONADO ESTA ASIGNACION, LOS NINIOS
SIGUEN TRABAJANDO Y SIN IR A LA ESCUELA Y ESO
CUANDO NO ROBAN.
ETELVINA